El atentado más mortífero se produjo en el barrio de Al Kazemiya, en el norte de Bagdad, donde un suicida detonó su carga explosiva en un puesto de control de seguridad, lo que causó diez muertos y treinta heridos.
Un artefacto explotó en un mercado popular en el distrito de Al Sadr, en el este de la capital, dejando seis muertos y 24 heridos, según la fuente.
Además, tres personas murieron y otras seis resultaron heridas después de que un coche bomba estallara cerca de un concesionario en la zona de Al Hadediya, también en el este y de mayoría chií.
Al menos 22 personas murieron ayer y otras 40 resultaron heridas al estallar dos coches bomba y detonar otra carga explosiva un suicida en una localidad controlada por las fuerzas kurdas en la provincia de Diyala, en el noreste de Irak.
Los atentados contra objetivos chiíes y fuerzas de seguridad se han intensificado en Irak en los últimos años y coinciden actualmente con enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales -apoyadas por una coalición internacional liderada por Estados Unidos- y los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), que controlan importantes zonas del país.