Una fuente oficial, citada por la cadena privada “Dawn”, elevó el número de víctimas a doce y aseguró que la insurgencia talibán se ha atribuido la responsabilidad del ataque.

Dos ciudadanos inspeccionan un coche bomba que estalló al paso de un convoy militar en la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP), de Pakistán, el pasado octubre. EFE | Ampliar imagen
El atentado tuvo lugar en la zona de Salarzai y tenía como objetivo una “jirga” (consejo de notables) que discutía en el momento del ataque la formación de milicias locales para luchar contra los talibanes, según informaron testigos.
Los heridos, muchos de ellos en estado crítico, han sido ya trasladados a un hospital de la capital distrital, Khar.
Las fuerzas de seguridad paquistaníes llevan a cabo desde principios de agosto una operación en Bajaur en la que más de 1.500 insurgentes han perdido la vida, según el Ejército.
Asimismo, desde hace varias semanas algunas tribus locales están formando milicias, con apoyo de las autoridades y del Ejército, para combatir a los talibanes en la zona.
Más de 190.000 civiles se han visto forzados a abandonar Bajaur desde agosto como consecuencia de los enfrentamientos, según fuentes oficiales.
El Ejército volvió hoy a bombardear los refugios de los insurgentes en diversas zonas de la demarcación en los que quince personas han muerto, según una fuente militar, citada por Dawn.
Las áreas tribales paquistaníes, fronterizas con Afganistán, un territorio situado en el noroeste del país que nunca ha estado bajo completo control del Estado, son escenario de constantes episodios de violencia y refugio de numerosos grupos talibanes.