PILAR
El río Paraná continúa su avance provocando un grave impacto sobre la economía del duodécimo departamento de Ñeembucú. Según pronósticos, la situación tiende a agravarse, lo que tendría como consecuencia el masivo tras- lado de los pobladores de los pueblos ribereños.
Itá Corá, compañía de Mayor Martínez, ubicada a 50 kilómetros de Pilar, ya quedó aislada porque la ruta fue ganada por las aguas en más de un kilómetro, lo que imposibilita el tránsito de vehículos. En el sector conocido como puerto Mandarina, los pobladores recurren a canoas como transporte.
Un precario muro construido de arcilla y reforzado por los pobladores posibilita que el casto urbano no sea ganado por las aguas. Los ribereños esperan que el río no aumente más su caudal, porque muchas viviendas serán inundadas.
Suspendido. Como consecuencia de la gran crecida que registra el Paraná, el servicio de lanchas con la localidad de Itatí, Corrientes, quedó interrumpido por disposición de la Prefectura Argentina porque las condiciones para el atraque de las embarcaciones no tiene seguridad.
También la producción primaria y, especialmente, la agricultura recibe el castigo de la riada. Según un informe de técnicos, el pico de la creciente no llegó aún a la zona, lo que significa que el Paraná seguirá aumentado su caudal.
Asimismo, un informe de Yacyretá señala que es esperable que los niveles se mantengan por arriba, hasta bien entrada la próxima semana.