El profesional apuntó que, particularmente, desde fines de los 70 trabaja en obras de construcciones civiles pequeñas y medianas y lamentó que, aparte del impacto negativo de la pandemia, tengan que sobrellevar esta escasez y especulación que, a su vez, llevaron a las nubes el precio de las bolsas de cemento.
Afirmó que ni en la época de Stroessner la Industria Nacional del Cemento (INC) hizo faltar el producto a fin de año, época en que la gente hace trabajos de refacción y otras obras con su aguinaldo y genera empleo para los que están en el rubro de la construcción.
Sostuvo que se encuentra en conocimiento de que tanto Yguazú como la cementera estatal tuvieron y tienen problemas de producción, pero aún así no vio que el Ministerio de Industria y Comercio o el Ejecutivo hayan intervenido para que esto sea solucionado.
Sostuvo que no se explica que en la era de Cartes se hayan invertido 80 millones de dólares en la INC y hoy no esté produciendo casi nada.
IMPORTACIÓN. Vaesken apuntó que la falta se fue cubriendo con cemento importado, razón por la cual “hace cinco meses que estamos comprando a 70.000 o 75.000 guaraníes la bolsa”.
Incluso, refirió que el pasado viernes llegó a pagar 90.000 de guaraníes en un depósito de Ypané. Afirmó que hay lugares donde se vendieron hasta a G. 120.000 y que también hay productos brasileños de muy baja calidad que se venden a G. 75.000 la bolsa.
“Lo que yo saco en conclusión es que hay una inutilidad por parte del MIC de no haber previsto esta situación porque ya se sabía que el río estaba bajando y no se podía traer materia prima de Vallemí. Se debieron llenar los depósitos de Villeta para mantener la producción antes”, enfatizó. Finalmente, el arquitecto Vaesken dijo que ahora están en manos de los importadores y temen que la especulación mantenga muy alto el precio del cemento.
En el sector de la construcción lamentan la escasez y la especulación que encarecieron el cemento. Alertan que ya representan un grave problema social porque afectan a humildes trabajadores.