Un experto sicario, mientras sujetaba el manubrio de una motocicleta con la mano izquierda, sin perder el equilibrio ni disminuir la velocidad de su biciclo, con la derecha disparó contra la humanidad de Édgar Insfrán (40), funcionario de la Dirección Nacional de Aduanas, que cayó al piso, muerto.
El aduanero recibió varios tiros, pero uno de ellos fue certero, le dio en el pecho y el hombre no pudo resistir al ataque.
El atentado ocurrió pasadas las 11.00 de ayer, a plena luz del día, frente a una vivienda ubicada sobre las calles Cerro León y 14 de Mayo, de Pedro Juan Caballero.
Insfrán estaba parado en la vereda de la casa, propiedad de sus padres, controlando el trabajo de unos albañiles que se encontraban en el lugar, cuando fue tomado de sorpresa por su agresor, según datos proporcionados por los investigadores.
El atentado se produjo ante un grupo de personas que llamaron a la Policía e intentaron socorrer a la víctima pero ya sin éxito.
El fiscal Marcos Amarilla, que investiga el caso por parte del Ministerio Público, señaló que se manejan varias hipótesis respecto al ataque, pero la que cobra más fuerza es la relacionada con una cuestión laboral. “La víctima recibió cuatro impactos de bala en distintas partes del cuerpo; la primera investigación apunta hacia un operativo de decomiso de mercaderías efectuado por la víctima y su grupo de funcionarios el martes pasado”, explicó el agente del Ministerio Público, refiriéndose a un camión que transportaba muebles, cuyo conductor huyó luego de la intervención de Aduanas.
Motocicleta abandonada. Horas después de lo ocurrido, fue hallada la motocicleta con la que se habría producido el atentado. El biciclo de color negro, sin chapa, fue abandonado en inmediaciones de la Terminal de Ómnibus de Pedro Juan, junto con el casco, que habría sido utilizado por el sicario.
El fiscal Amarilla ordenó que la motocicleta sea trasladada como evidencia para compararla con imágenes de circuito cerrado, que captaron el momento del asesinato.
El agente del Ministerio Público destacó la poca colaboración de las personas consultadas en medio de las pesquisas. “Es increíble la falta de apoyo; nadie quiere decir nada”, se quejó.