“Necesito estar con ustedes, quiero estar, porque son los verdaderos amigos que uno ha conseguido con los años de fútbol que tenemos”, es el mensaje de voz, en su tono pausado y afable de siempre, que Cristóbal Maldonado envió a sus compañeros de su “glorioso club Libertad”, plantel campeón de 1976, haciendo referencia a la reunión que el grupo hizo el viernes pasado por el aniversario del título. “Mi agradecimiento eterno para ustedes, a veces me es difícil viajar, pero haré lo imposible…”, añadió. El 17 de octubre pasado se cumplieron 43 años de aquella conquista. Sin embargo, no pudo asistir (vivía en el interior del país) y, ayer, el mundo del fútbol paraguayo amaneció conmocionado con la noticia de la repentina partida sin retorno del Verdugo (69 años). En la ciudad de Presidente Franco, un fulminante infarto se llevó a quien como futbolista fue campeón con Libertad, jugador de Atlético Colegiales, del Real Madrid de España y otros. Además, fue campeón sudamericano juvenil con la Albirroja en 1971. Como entrenador llevó por primera y única vez a una selección nacional a una semifinal de un Mundial: el de Argentina 2001, donde perdió ante el local y terminó en cuarto puesto.
HISTORIA DE AMOR. Humilde él, jugaba en Libertad. Tenía una novia cuyos padres no veían con buenos ojos a un yerno futbolista y por esa razón enviaron a la dama a vivir a Corrientes, donde sus hermanos y primos estudiaban. Un domingo el Guma le ganó a Olimpia y al día siguiente Cristóbal viajó en colectivo desde Pilcomayo. Se iba junto a su novia, cuyos hermanos y los primos apreciaban a Cristóbal y le dejaban ver a su amada. Al final, se casaron, fueron felices y al tiempo Cristóbal jugó en el club de la familia identificado con una popular librería.
En tanto, entre sus ex compañeros no encuentran consuelo. Arecio Colmán, muy consternado, lo lamentó: “Era como mi hermano”.