AFP <br/><br/>LOS ÁNGELES, EEUU <br/><br/>El hoy papa Benedicto XVI se opuso a la expulsión de un sacerdote de California acusado de abuso sexual, según un intercambio de cartas de los años 80 por parte de autoridades eclesiásticas, divulgado el viernes por el abogado de 2 de las 6 víctimas del caso.<br/><br/>La serie de correspondencias divulgadas por el abogado Jeff Anderson muestra la reticencia expresada en varias ocasiones por el entonces cardenal Joseph Ratzinger –actual Papa–, cuando altas autoridades de la diócesis de Oakland plantearon la necesidad de expulsar al sacerdote Stephen Kiesle, implicado en un sonado caso de pedofilia en 1978.<br/><br/>Según las cartas, que datan desde 1981, la jerarquía de la Iglesia Católica en California recurrió a Ratzinger, porque era entonces el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cargo desde el cual se resistía a la destitución del cura Stephen Kiesle “por el bien de la Iglesia Universal”, según muestra el texto de una carta escrita en latín.<br/><br/>Kiesle terminó por ser destituido en 1987.<br/><br/>En una carta enviada por el obispo de Oakland John Cummins al Vaticano en junio de 1981, pide a las autoridades expulsar a Kiesle, citando un caso judicial de 1978, en el cual el sacerdote reconoció los hechos ante un tribunal, donde fue acusado de abusar de seis niños de entre 11 y 13 años.<br/><br/>Otra carta de Cummins, enviada en febrero de 1982 al entonces cardenal Ratzinger, vuelve a reclamar la destitución de Kiesle. “Es mi convicción que no habrá ningún escándalo si se cumple con esta petición”, escribió Cummins, advirtiendo que “podría surgir un escándalo en la comunidad si al padre Kiesle se le permitiera regresar a la actividad ministerial”.<br/><br/>Luego se envió otro pedido para actuar contra Kiesle en septiembre de 1982, pero sólo recibió como respuesta que el tema se resolvería “en el momento oportuno”, según muestra el intercambio de cartas de la diócesis de Oakland.<br/><br/>Cuando Ratzinger respondió a Cummins en una carta en latín, en la cual, aunque admite la “gravedad” del caso, se declara reacio a tomar acciones inmediatas porque necesita considerar el efecto que tendrá “en el bien de la Iglesia Universal”. Ratzinger le informa a Cummins que el caso debe ser sometido a una “cuidadosa consideración; por lo tanto, tomará un periodo más largo de lo normal”. <br/><br/>DIARIOS ITALIANOS. Las acusaciones contra el papa Benedicto XVI, que en los años 80 se habría mostrado reacio a la expulsión de un sacerdote californiano acusado de pedofilia, eran portada ayer de la prensa italiana, que resaltaba la gravedad de esta situación para el Vaticano.<br/><br/>"Se trata de los días más tormentosos para la Iglesia; el Vaticano está abrumado por el escándalo de pedofilia; siguen lloviendo acusaciones”, destacaba La Repubblica, que publica la carta de 1985 del cardenal Joseph Ratzinger sobre este asunto. En este escrito, el futuro Papa, por aquel entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se muestra reticente a tomar una decisión inmediata por sus posibles consecuencias para “el bien de la Iglesia Universal”.<br/><br/>En diario La Stampa estaba en sintonía: “La última revelación procedente de EEUU golpea a la Santa Sede y al Papa en un momento de grave dificultad”.<br/><br/>EXPONEN LA SÁBANA SANTA<br/><br/>La Sábana Santa, el lienzo en el que según la tradición católica fue envuelto Cristo tras su crucifixión, volvió a exhibirse ayer en la ciudad de Turín que acogerá de nuevo, durante seis semanas, una multitudinaria manifestación de curiosidad y devoción popular. Hasta el 23 de mayo, día en el que la también llamada “Síndone” volverá a quedar guardada, la archidiócesis turinesa espera recibir unos dos millones de visitas en lo que supone un acontecimiento que va más allá de lo estrictamente religioso y que se produce 10 años después de la última exposición pública. La catedral de Turín, donde se conserva el sudario, acogió esta mañana a los primeros visitantes de la Sábana Santa: autoridades locales y periodistas pudieron comprobar “in situ” el misterio que envuelve al supuesto sudario de Cristo, cuya autenticidad fue tantas veces discutida. Entre esos primeros afortunados que pudieron ver el lienzo antes incluso de la misa de apertura, figuraba Sergio Marchionne, consejero delegado de la automovilística Fiat, quien definió ante los periodistas su visita como “una experiencia personal significativa”. También se acercó en este primer día de exhibición el recién elegido presidente del Piamonte, quien afirmó a la salida de la catedral de Turín que la Síndone hace reflexionar sobre los problemas que existen y sobre la multitud de cuestiones a afrontar”.<br/><br/>