En el 2022, Itaipú registraría una reducción de la deuda equivalente al 60% por la construcción de la usina y en el 2023 la amortización concluirá totalmente, lo cual deja un interrogante de cómo se manejaría la entidad en el próximo año, previo a las negociaciones del Anexo C del Tratado de Itaipú.
En una reciente charla de Dende, un grupo de expertos coincidió, como antesala a la gran negociación que representa para Paraguay y Brasil el Anexo C del Tratado de Itaipú, cuya revisión es posible porque se cumplen los 50 años en el 2023, en mantener de momento la tarifa eléctrica durante el 2022 y no bajarla, como sugiere la postura brasileña.
El abogado Carlos Mateo Balmelli, ex senador y ex director de Itaipú (2008-2010), sostiene que la binacional tiene un paralelismo legislativo, ya que se rige por un lado por el tratado, que permite introducir cambios sustanciales vía aprobación de los congresos de ambos países a través de un proceso largo; y, por otro lado, se gestiona a través del Consejo de Administración, el cual tiene la potestad de realizar cambios rápidos sin anuencia de los congresos, lo cual le permitiría a este cuerpo decidir el destino del ente a corto plazo, o sea en 2022, y que sería mantener de momento la tarifa eléctrica.
El abogado Jorge Gross Brown también sigue la misma línea de que Paraguay mantenga la tarifa eléctrica durante el 2022, antes de la gran negociación del 2023 que se daría a raíz del Anexo C, por una cuestión de que “queda poco tiempo” para un análisis más exhaustivo.
“Existen componentes dentro del Anexo C de la estructura de costos. El componente que ya se reducirá en el 2022 y desaparecerá en 2023 es la carga financiera o el servicio de la deuda, o simplemente la deuda. Esa suma de dinero va para pagar a los acreedores actualmente y ninguno de los dos países toca ese dinero. Y para que se mantenga la tarifa, debe entrar un nuevo componente o se puede aumentar el componente existente de los gastos de explotación”, expresa.
En tanto, aclara que esto tiene dos aristas, ya que si se habla de mantener o aumentar un componente existente de la estructura de costos actual, “se debe decidir vía Consejo de Administración”, el cual debe aprobar el presupuesto de la entidad para el 2022. “Sin embargo, si se quiere agregar un componente nuevo (a la estructura de costos), no creo que se pueda resolver a nivel del Consejo de Administración. Cualquier componente nuevo a introducirse debe necesariamente seguir la mecánica de la ratificación por los congresos”, apunta. Gross Brown considera que en el corto plazo debería mantenerse la tarifa hasta que se tenga tiempo suficiente para hacer un buen análisis.
El ingeniero Victorio Oxilia también concuerda en mantener la tarifa, y con el componente de disminución de la deuda se podría negociar con Brasil un fondo de desarrollo eléctrico, para invertir en los sistemas eléctricos de ambos países, que sería de unos USD 600 millones para el 2022, con USD 300 millones para cada país. Incluso, cree que se podría negociar un destino que sea diferente para Paraguay y Brasil, el cual puede destinar a reducir su tarifa si quiere.