28 dic. 2025

A nuestra sociedad le falta sal

En los tiempos antiguos, la sal era un elemento imprescindible, y para que los alimentos no se pudrieran, se envolvían en sal . Desde América, hasta el invento de los frigoríficos, la carne exportada iba en las bodegas de los barcos rodeada de sal.

Nuestra sociedad es moderna, pero le falta sal. Carece de alegría o con sus excesos la daña. Carece de fuerza y con la indiferencia está dormida. Se corrompe, como nunca, en todos los niveles.

En el comienzo del tercer milenio damos la impresión de ser una sociedad decadente y sin ideales. Con una metáfora, diríamos que le falta la sal.

Psicológicamente muchos aparecemos como seres sin ideales. La política huele mal por su podredumbre. La economía es un círculo cerrado que echa fuera a la inmensa mayoría. Los partidos políticos se han convertido en máquinas de ganar plata. Los avances técnicos no se emplean en mejorar la suerte de los humanos, sin medios de dominación. El ideal de todo gobernante es tener al Pueblo sumiso y sometido.

En estos comienzos del tercer milenio no solo hemos perdido la sal, sino que en muchas ocasiones ya ni sabemos de su necesidad. Vivimos de prisa y nos creemos que todo tiene que ser como lo vemos.

¿Dónde podemos encontrar esta sal que hemos perdido y que tanta falta nos hace?

La encontraremos en la lucha de los campesinos por no desaparecer. Donde se conserva una idea de libertad. Donde brilla todavía la luz del cambio. Donde el egoísmo individual y social va retrocediendo ante la solidaridad. Donde se camina por la vida no con el puño cerrado para golpear sino con la mano abierta para estrechar las de los demás.

Y, si Ud. es cristiano, no olvide las palabras de Jesús: “Uds. son la sal de la tierra”. Juntamente con otros muchos no creyentes, pero que quieren lo mismo que nosotros.