En el material se puede apreciar que muchas costumbres deberán cambiar para evitar que el coronavirus ingrese en los planteles. Lo primero es el aislamiento, si los jugadores están cansados de estar encerrados en sus casas, deberán saber que seguirán así, con la diferencia de que podrán ir a entrenar y jugar los fines de semana. Pero el resto de sus vidas cambiará, ya que el protocolo habla estrictamente de tener la menor cantidad de relacionamiento con el resto de la sociedad y hasta insta a los profesionales a dormir en habitaciones separadas.
Puntos claves son la limpieza y la desinfección diaria de los lugares donde los futbolistas y allegados a los planteles conviven. Este protocolo no solo es para futbolistas, sino para utileros, cuerpo médico, cuerpo técnico y el mundo cercano al fútbol, para que el virus no penetre por ningún lado.
En cuanto a la cotidianeidad, los jugadores deberán estar solos en muchos momentos (al ir a los entrenamientos, en el entrenamiento y al ir a los estadios el día del partido), se acaban las viejas costumbres de abrazos y hasta besos, y se limitan los contactos físicos al máximo.
Las vestimentas serán limitadas, y la desinfección diaria, tanto que los vestuarios serán de forma exclusiva para las necesidades fisiológicas, tanto en los entrenamientos como durante los partidos.
Recordemos, la vuelta al fútbol, el 17 de julio y sin público, también dependerá de la población en general. Si no se avanza a la fase 3, el Gobierno no dará el okey.