La menor recaudación esperada con respecto a la estimación prevista, junto con un nuevo escenario de endeudamiento excesivamente rápido obligan a las autoridades a revisar la política tributaria. Es irresponsable continuar endeudando al país si no existe capacidad de pago.
El Informe Financiero del Ministerio de Hacienda señala que tal como está la situación, esta baja recaudación se mantendrá en los próximos años. El aumento de las recaudaciones tributarias apenas logrará cubrir el incremento estimado para el pago de remuneraciones de funcionarios públicos.
De esta manera, la presión tributaria se mantendrá entre 12,4% en 2017 y 12,6% en 2019, nivel insuficiente para enfrentar las grandes necesidades que enfrenta el país en materia de infraestructura, agricultura, salud, educación, protección social y vivienda y el pago de los servicios de las deudas contraídas.
Este nivel de presión tributaria no llega a niveles ya logrados en gestiones anteriores –12,7% en 2012– y se ubica más lejos aún de las estimaciones que este Gobierno realizara al inicio de su gestión cuando proponía llegar al 17% en 2017.
El Gobierno debe realizar las gestiones necesarias para aumentar las recaudaciones sin que ello signifique profundizar la inequidad tributaria característica de una estructura basada en impuestos indirectos.
A pesar de la aprobación de las leyes que crean el impuesto a la renta personal (IRP) y el impuesto a la renta agropecuaria (Iragro), en reemplazo del impuesto a la renta de las actividades agropecuarias (Imagro), el impuesto al valor agregado (IVA) y otros impuestos indirectos continúan teniendo un excesivo peso en la estructura tributaria, impidiendo que el Estado cumpla con su función indelegable de redistribución.
Dados los profundos rezagos que enfrenta nuestro país, cuantificados no solo por indicadores nacionales sino también internacionales, como los índices Global de Competitividad, Doing Business, Desarrollo Humano, entre otros, Paraguay requiere aumentar sus recursos genuinos, no solo para fortalecer sus políticas públicas sino también para pagar la deuda.
No hay que olvidar que actualmente se están pagando los intereses; sin embargo, no estamos previendo el pago del capital cuyos exorbitantes montos habrá que saldar en apenas cuatro –2023, 2026, 2030, 2044–.
El país debe prever contar con más de 2.000 millones de dólares para hacer frente a esos pagos. Muchas preguntas surgen ante la situación tributaria actual: ¿de dónde saldrá el dinero, quiénes terminarán pagando con su esfuerzo, los que paguen serán los que disfrutaron de los beneficios o le hemos transferido a otra generación el esfuerzo?