Es así que desde la semana última, 30 docentes y profesionales paraguayos iniciaron una capacitación en tratamiento universal de las adicciones, organizada por el Centro Internacional de Credencialización y Educación de Profesionales de Adicción del Plan Colombo (ICCE, por sus siglas en inglés). Este programa, homologado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, contiene la “sistematización de años de experiencias, de investigación, de evidencias y resultados positivos de ciertos enfoques”, explicó Diego Camacho, sicólogo y docente de la Universidad de Costa Rica.
La Universidad Católica de Asunción (UCA), Universidad Metropolitana y la Universidad Tecnológica Intercontinental (UTIC) se asociaron a la Senad para aterrizar estos criterios unificados sobre el tratamiento de adicciones.
Lo que se pretende es certificar a los docentes para que cada universidad lance una oferta académica, ya sea una tecnicatura de pregrado o un seminario de posgrado en Consejería en Adicciones.
“La idea es ir profesionalizando el trabajo en la materia. Hay mucha gente que hace un esfuerzo en trabajar en los centros, pero no tienen la capacitación y, generalmente, no se da el tratamiento más adecuado basado en la evidencia”, expuso Camacho, quien se formó a instancias de la Organización de Estados Americanos (OEA) y hoy mediante el Plan Colombo capacita –junto a otros especialistas– sobre tratamiento universal en adicciones en 50 países alrededor del mundo.
Interdisciplinario. El segundo módulo del curso que se inició en el aula de posgrado de la UCA se reanudará en junio próximo. Los docentes capacitados podrán reproducir los contenidos “en una malla curricular o un curso de extensión docente”, sea para personas que trabajan en los centros de adicciones o a estudiantes que buscan especializarse. “Normalmente, cuando nos educan en nuestra profesión, no llevamos una formación especializada en adicciones. Llevamos un curso y no sale uno con todas las herramientas para trabajar en la prevención y tratamiento de adicciones”, reforzó el experto.
Dicha especialización es de aplicación interdisciplinaria: desde el enfermero hasta el trabajador social, pasando por el abogado hasta el médico, según la Lic. Graciela Barreto, de la Unidad de Reducción de la Demanda de la Senad.
“El médico en Paraguay necesita formarse en esta enfermedad; el médico sale sin poder manejar este tema. Porque en el fondo es quitar una patología, quitar medicación y el médico está entrenado para medicar; ni siquiera tenemos la conciencia de que la adicción es una enfermedad”, afirmó.
Es la primera vez –valoró– que se realiza este tipo de capacitaciones de profesores universitarios en materia de drogas. “Esta enfermedad va a avanzando y tenemos que saber cómo hacerle frente. Y tenemos que improvisar menos en el tema del tratamiento, todos los profesionales. El médico, el sicólogo, abogado, el trabajador social tiene que graduarse entendiendo esta enfermedad porque de lo contrario improvisamos y los tiempos pasan, no podemos hacer trabajos específicos porque los profesionales no están capacitados para esto”, se explayó.
La figura del consejero en adicciones se imparte en varios institutos de Norteamérica y uno de ellos Plan Colombo.
“Se dan técnicas para poder detectar, diagnosticar y realizar el abordaje más adecuado; también detectar trastornos coocurrentes, ya que el uso de sustancias trae aparejado trastorno mental”, enumeró al indicar que se trabaja en técnicas de “entrevista motivacional” que es el primer abordaje para generar la adherencia al tratamiento. “La idea no es solamente capacitar profesionales, sino también sensibilizar para que se tengan criterios básicos que respeten los derechos humanos de los consumidores”, apuntó.
Perfil para planes de los municipios
“Los españoles le llaman animadores sociales, son agentes comunitarios”, indica el Dr. Manuel Fresco, director del CNCA, sobre la figura del consejero en adicciones que carece el país. “Los municipios deberían tener la posibilidad de contratar a esta gente para hacer prevención universal en las plazas donde se reúnen los jóvenes. El consejero no necesita ser sicólogo ni siquiatra, sino que es un operador capacitado en el tema de drogas y puede trabajar en las unidades primarias de salud”, dijo al señalar que las Comunas tienen programas ambulatorios para adicciones.
