02 ago. 2025

Un canto por la diversidad y la aceptación de la diferencia

Así la vimos --- El gran showman

Foto: UH Edicion Impresa

Foto: ÚH Edición impresa.

Sergio Cáceres

sergio209@lycos.com

La historia de un hombre que lo arriesgó todo y sobresalió en la vida apostando por los grandes sueños y lo maravilloso. ¿Quién en Hollywood no querría contar su historia? De este modo el estadounidense Phineas Taylor Barnum cobra vida junto a su monumental circo. Su verídico devenir tiene todos los ingredientes que gusta a la gran industria del espectáculo, y la decisión de hacer su biopic en forma de musical fue un absoluto acierto.

Barnum es mostrado como el típico self-made man, aquel que desde abajo empieza luchando y logra el éxito. Con sus altibajos, con sus errores humanos, Phineas llega al pináculo. Tras bambalinas nos muestran todo lo que significa gestionar un show como el que él quiere y al mismo tiempo mantener a su familia cerca suyo.

No hay duda de que las rarezas que él recoge para su circo hablan y actúan con un mensaje hacia la diversidad, hacia la refutación de la línea que delimita lo normal y lo anormal, entendible en el siglo XIX, pero rechazado in limine hoy día. Este fuerte mensaje está muy bien presentado, así como su contrapartida representada por aquellos que rechazan en nombre de la moral a tales seres humanos sea mostrado en público.

Hugh Jackman (Barnum) vuelve no solo a cantar, sino que también baila sin desentonar en las tantas coreografías que se van dando a lo largo del filme. No es un profesional en ambos rubros, pero el elenco que lo acompaña sí que lo es, y como experto en actuación sobrelleva muy bien el desafío una vez más. Zac Efron y el resto, más acostumbrado a los musicales, complementan artísticamente toda la película.

Más de una de las canciones, podemos vaticinar, serán nominadas al Oscar, pues tienen gran fuerza, y las letras y melodías cumplen con los requisitos que gustan a la academia norteamericana. Demás está decir que el soundtrack será todo un éxito también.

Fuera de los estereotipos discursivos, coreográficos y musicales, es una gran superproducción, entretenida, divertida y aleccionadora. Ideal para verla en familia y comprender que entre la pluralidad de voces y rostros humanos, hay algo que nos une y el arte nos puede guiar a él.

Calificación: **** (muy buena).