AFP y REUTERS
WASHINGTON - EEUU
El presidente Donald Trump declaró ayer, jueves, la adicción a los opiáceos en Estados Unidos como una “emergencia de salud pública nacional”, lo cual le permitirá intensificar la lucha contra una epidemia que mata a más de 100 estadounidenses cada día.
Trump hizo el anuncio en un evento en la Casa Blanca al que asistieron ex adictos y padres de víctimas.
El mandatario ha reiterado en varias ocasiones, la última el miércoles, que planeaba declarar una emergencia nacional para luchar contra el abuso de opiáceos como los analgésicos de receta controlada Percocet y OxyContin, la heroína y el opioide sintético fentanilo.
Funcionarios adelantaron sin embargo que, en vez de “emergencia nacional”, Trump ordenó al secretario interino de Salud, Eric Hargan, que anuncie una “emergencia de salud pública nacional”.
Una emergencia nacional brinda a los estados acceso a fondos federales de ayuda por desastres, pero los funcionarios dijeron que una declaración de emergencia de salud pública nacional era más apropiada para combatir una crisis a largo plazo como la epidemia de opiáceos.
Esta declaración no supone un aumento de fondos federales para abordar la crisis, pero los funcionarios dijeron que la Casa Blanca buscaría más dinero del Congreso para hacerlo.
SUBVENCIONES. La declaración de emergencia de salud pública nacional tiene una duración de 90 días y puede renovarse varias veces, explicaron. Esta medida permitirá que el departamento de Trabajo, por ejemplo, otorgue subvenciones para trabajadores adictos a opiáceos para ayudarlos a romper lo que un funcionario calificó como un ciclo de adicción y desempleo.
También proporcionará un mayor acceso a tratamientos de telemedicina para personas en áreas rurales, como la región de los Apalaches y del llamado Cinturón Industrial del Medio Este, especialmente afectados por la crisis de opiáceos.
Trump también tiene previsto ordenar a los titulares de agencias y departamentos gubernamentales que “ejerzan toda la autoridad de emergencia a su alcance para reducir el número de muertes y minimizar la devastación causada por la crisis de opiáceos”, dijo un funcionario.
La última vez que se declaró una emergencia de salud pública en Estados Unidos fue en 2009 en respuesta al brote de gripe H1N1.
Una comisión creada por Trump para estudiar la adicción a las drogas hizo una recomendación urgente a principios de este año para que el presidente declarara una emergencia nacional en virtud de Ley del Servicio de Salud Pública, o de la Ley Stafford.
Se inicia la reforma tributaria
La Cámara de Representantes de EEUU dio ayer un paso clave para allanar el camino a los recortes de impuestos que proyecta el Gobierno del presidente Donald Trump, aunque aún persisten escollos en el intento del mandatario por obtener su primer logro legislativo importante.
La Cámara Baja controlada por los republicanos superó la resistencia de último minuto de varios de sus propios legisladores y la oposición demócrata y logró aprobar por 216 a 212 votos el plan presupuestario para el año fiscal 2018, lo que facilitaría el camino al proyecto impositivo en el Senado.
El mes pasado, la Casa Blanca y los líderes congresistas republicanos revelaron un bosquejo general de la propuesta impositiva, pero el proyecto detallado se hará público la semana próxima.
Trump, quien prometió importantes rebajas de impuestos en su campaña presidencial el año pasado, ha pedido al Congreso que apruebe la ley fiscal antes de fin de año. El mandatario republicano, quien asumió en enero, todavía no ha logrado ninguna victoria legislativa relevante a pesar de que su partido domina el ejecutivo y ambas cámaras.
Además, su Gobierno sufrió una fuerte derrota en el Congreso en lo que respecta a la derogación y reemplazo de la ley de salud promulgada por su antecesor, Barack Obama, y apodada Obamacare.