Eliodora estuvo conectada 45 días al dispositivo de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO, por sus siglas en inglés) en espera de un donante de corazón. Estaba en la lista de espera del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT).
Pese a que aparecieron tres potenciales candidatos de donantes, las familias se negaron, comentó en su momento la doctora Nancy Garay, jefa del Departamento de Cardiología del Acosta Ñu.
“El corazón nunca llegó y perdimos una vida”, fueron las palabras de los médicos del área de Cardiología del Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu, según un comunicado del Ministerio de Salud Pública (MSP).
La niña murió a causa de “complicaciones propias de la cardiopatía y el procedimiento de alta complejidad para prolongar la vida de la paciente mientras aguardaba un corazón que nunca llegó”, revela el informe de Salud Pública.
Eliodora Ortigoza, oriunda de Ava’i, Caazapá, padecía la anomalía Ebstein grave, una malformación cardiaca que le diagnosticaron recién en febrero de este año, a los 13 años. Este 2016 aún no se concretó un trasplante de corazón pediátrico.
