Estimativamente, en el país existen casi 2.000 dependencias sanitarias, de las cuales más de 700 son privadas, cuyas verificaciones están en manos de cuatro funcionarios de Supsalud. Un déficit que arroja un escaso control a las dependencias sanitarias privadas, pese a las constantes denuncias de negligencia, estafas y sobrefacturaciones en medicamentos.
“El control lleva varios días y tenemos solo dos personas. De Laboratorio ya no tenemos, se fue”, relató Gustavo Cristaldo, director de Control de Instituciones, al tiempo de añadir que también deben realizar con este equipo las recategorizaciones de los establecimientos, ya sean privados o públicos.
PROCEDIMIENTO. Hay pocos auditores médicos, señaló el doctor Mendoza. Supsalud debe controlar el funcionamiento del sector público, privado, del Instituto de Previsión Social (IPS), Hospital de Clínicas, Hospital Militar, Hospital de Policía y otros.
Muchos de los establecimientos no están habilitados, admitió el doctor Mendoza. “Hay instituciones que son clandestinas, abren nomás y trabajan, mientras que alguien no denuncie”. Esta situación se arrastra desde hace años en Supsalud.
El presupuesto es dependiente del MSP
La falta de presupuesto es la principal barrera para la contratación de más personal, dijo el doctor Domingo Mendoza, superintendente de Salud. El presupuesto de la dependencia está centralizado en el Ministerio de Salud Pública (MSP), una situación que les impide tener una independencia para contar con más recursos humanos y mecanismos para los controles. “Si queremos comprar un bolígrafo, si queremos arreglar una fotocopiadora, le tenemos que pedir al Ministerio de Salud”, señaló Gustavo Cristaldo, director de Control de Instituciones. “Estamos atados de manos. No tenemos presupuesto independiente, no tenemos autonomía de gestión. Está centralizado”, dijo Mendoza.