19 abr. 2024

Se sometieron al quirófano, fueron trasplantados y hoy celebran la vida

Una golfista, un futuro peluquero y una abogada-docente nos muestran su mejor faceta después de un trasplante. Una segunda oportunidad de vida les permite hoy cumplir sus sueños y destacarse.

Irma Oviedo

Desafiaron los embates de las enfermedades crónicas que amenazaban sus vidas. Hoy se jactan de ser deportista, alfarero, futuro peluquero, docente y abogada. A años de la operación que les permitió una segunda oportunidad de vida, ellos se animan a luchar por sus sueños y celebran con otros jóvenes este día.

La temperatura marca 35 grados. Tatiana Benítez (17) transporta su bolso de golf que pesa como 12 kilos por la zona de entrenamiento en el Asunción Golf Club. No le teme al desafío de hacer deporte después del trasplante de corazón, que le hicieron hace 10 años.

Con 1,60 cm de altura despliega elegancia en el campo al golpear la pelota. Es la única trasplantada del país que participa en competencias internacionales y nacionales, y forma parte del ránking nacional de la Asociación Paraguaya de Golf (APG). Pese al miedo, se animó en el 2011 y empezó a practicar golf: un deporte que le apasiona.

Ganó su primera medalla en el 2016 en la Competencia Deportiva Latinoamericana de Trasplantados, que se hizo en Argentina. Su segundo oro lo obtuvo este año en la Competencia Mundial de Trasplantados, que se realizó en España. Los dedos de las manos no le alcanzan para contar la cantidad de competencias en las que participó desde el 2013.

DEL BARRO AL SALÓN. Juan José Caballero (27) a la mañana es alfarero en el taller de su tío en Areguá, a la tarde estudia peluquería. Sueña con un negocio propio. El joven humilde ayuda todas las mañanas en las creaciones de adornos de jardín, alcancías y otras molduras de barro, un oficio que aprendió de niño.

“No hago trabajo que requiera mucha fuerza. Pero retomé la vida que tenía antes”, relató el joven que en octubre del año pasado accedió a un trasplante hepático en el Hospital de Clínicas.

Sus manos moldean el lodo y dan paso a hermosas obras que se venden en la Ciudad del Barro. Además, sus dedos son sus principales herramientas para hacer peinados, cortes, trenzas y otras creaciones con el pelo durante sus clases de peluquería. Pese a las adversidades no se detiene y sigue adelante para alcanzar todas sus metas.

ADIÓS A LA MÁQUINA. Con las manos alzadas, Clara Diana Ferreira Montenegro (35) se despide de la sala de diálisis a la cual estuvo atada durante cinco años en Clínicas. Hace 25 días accedió a un trasplante de riñón que le devolvió la libertad para poder ejercer su vocación: ser docente y abogada.

Tras recibirse en Derecho, empezó a trabajar, pero tuvo que dejar de lado debido a las complicaciones de la enfermedad. Sin embargo, la docencia le permitió seguir haciendo lo que más le gusta: enseñar. Hoy su vida cambió tras el acto altruista de donar órganos. Los jóvenes en su día piden decir “sí a la donación”.

Tenemos que crear nuestras propias oportunidades para hacer las cosas. Tatiana Benítez, deportista.

Donar los órganos ayuda a las personas enfermas. Siempre es bueno ayudar. Juan Caballero, artesano y peluquero.

Me dieron una nueva oportunidad de vida. Ahora soy donante. Clara Ferreira, docente y abogada.