Noelia Duarte Solís
CIUDAD DEL ESTE
Un trabajo de asistencia a niños y jóvenes de 3 a 18 años es el que realiza un grupo de scouts del barrio Ciudad Nueva de la capital del Alto Paraná, con el objetivo de evitar que los participantes caigan en el vicio de las drogas, que azota a esa comunidad.
La actividad se inició el mes pasado a pedido de algunos padres de familia, que recurrieron a los grupos scouts para lograr alguna alternativa que sirva para que sus hijos no sean arrastrados por el vicio de las drogas, que se expande en el barrio.
Las actividades para al menos 60 chicos se realizan los sábados y domingos, con los grupos Scouts Tata Rendy y Estrella del Este, con el acompañamiento del grupo Santa Clara de Assis de la parroquia Niño Jesús, de un sector del amplio barrio Ciudad Nueva.
Daniel Pavón, uno de los coordinadores de la iniciativa, explicó que los chicos participan de un campamento de verano donde son motivados y fortalecidos, con actividades formativas dentro del espíritu scout, juegos recreativos y temas que abarcan sus valores y virtudes en medio de disciplina, responsabilidad y un seguimiento permanente.
“Viendo el auge del consumo de drogas, los padres de estos chicos nos pidieron promover una actividad que los mantenga ocupados, lejos de ese vicio, y así coordinamos este campamento de verano. Debemos evaluar para un seguimiento y fortalecer esto”, explicó el líder scout.
Los participantes están muy entusiasmados con el campamento y no se pierden las actividades.
EL ACECHO. El crac es uno de los narcóticos más destructivos y es lo que más abunda en las calles de lo que denominan siete fondo, en el barrio Ciudad Nueva. La situación llega al límite de contar incluso con sistema de delivery las 24 horas, que es realizado a bordo de motocicletas.
El nocivo producto se encuentra en las calles, al acceso de cualquier persona, pues se consigue a partir de 2.000 guaraníes.
El grupo de escultismo hizo un mapeo general del sector antes de iniciar el trabajo con los chicos y comprobaron que cada vez son más los niños, jóvenes y adultos que caen en la drogadicción.
Según Pavón, los que participan en el campamento de verano llevaron en algunas ocasiones a algunos de los adictos, pues son vecinos, amigos o parientes. Fueron una o dos veces, pero luego ya no quieren participar.
“Fueron a algunos encuentros, los llevaron los chicos que están con nosotros, pero luego desertan. Es como que nos dicen ‘yo no quiero salir de esto’, y así es difícil hacerles un seguimiento, porque eso requiere otro proyecto de trabajo”, explicó Pavón.
El voluntario agregó también que la venta del estupefaciente se hace abiertamente, en las calles, en las paradas de buses y a la vista de todos. Reclamó que no haya una política pública que trabaje en el combate de este flagelo que afecta a los sectores más vulnerables de la sociedad.
CELEBRACIÓN. El campamento fue aprovechado el fin de semana último para la imposición de la insignia madera para el jefe del grupo scout Santa Clara de Assis, que es la máxima distinción que se puede recibir. Los chicos del barrio fueron invitados a participar de la actividad que contó con la presencia de los jefes nacionales del scout.
El campamento de verano es una de las actividades encaradas por el grupo, que involucra a toda la comunidad con una finalidad loable y positiva.