Las principales operadoras telefónicas de EEUU y Australia también suspendieron las ventas y sustituciones de los Notes 7, mientras las grandes aerolíneas reiteraban la prohibición de emplear esos teléfonos, después de que un dispositivo de sustitución forzara la evacuación de un avión de pasajeros en EEUU la semana pasada. Los incendios en teléfonos que sustituían a dispositivos que se retiraron por su propensión a explotar podrían suponer una desastre para el mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo y sugieren que no solucionó un problema que ya dañó su marca y amenaza con descarrilar la recuperación de su negocio de móviles. “Si permiten continuar el Note 7, podría convertirse en el mayor acto de autodestrucción de una marca en la historia de la tecnología moderna”, dijo Eric Schiffer, experto en estrategia de marca y presidente de Reputation Management Consultants. “Samsung necesita realizar un ajuste contable gigantesco y colocar el Note 7 en el paseo de las vergüenzas tecnológicas al lado del Ford Pinto”, sostuvo. En un comunicado al regulador, Samsung dijo ayer que iba a “ajustar” los envíos de los Note 7 para permitir inspecciones y un control de calidad más férreo debido al incendio de algunos dispositivos. reuters