El titular de Educación, Enrique Riera, dio una “cátedra” de cómo mejorar la comunicación del Gobierno empoderando a la dirigencia del Partido Colorado desde el Gabinete de Ministros.
Durante la sesión de la Junta de Gobierno se discutió la falta de comunicación de las obras del Gobierno, sobre todo de las medidas aplicadas por el Ministerio de Hacienda, y varios como Luis Gneiting pidieron que se invierta en ese rubro.
Ante eso, Riera, quien asistió como invitado a la sesión, instó a sus colegas, como Antonio Barrios, Tadeo Rojas y otros ministros que estaban presentes, a atender a los dirigentes colorados que se acercan a los ministerios para pedir favores y hacer reclamos.
“Puede ser que alguien pida un trabajo para su pariente o vecino, para no quedar como sapatu un lado (a nadie le sirve) en su valle, eso es un clásico. Imposible es decirles que no. Lo único que quieren es un apretón de manos y un abrazo sincero. Lo único que hay que hacer es agarrar la carpeta con una sonrisa”, apuntó el ministro.
Añadió que al dirigente hay que hacerle partícipe de las obras, y en los actos hay que darle espacio en el escenario, dándole la oportunidad de hablar. “Que se lleve la gloria y meta él. Los dirigentes son los mejores vendedores de las obras”, precisó.
Señaló que ese trabajo va a ayudar a que la gente “se empodere y se ponga la camiseta porque, o si no, la gente no siente que llegó al poder”.
Sentenció que el dirigente se enoja si “su amigo no le atiende el teléfono porque se transforma en un imbécil y cree que es un emperador que va a ser ministro toda su vida”.
En ese sentido, sugirió a los ministros que abran las puertas, que atiendan el teléfono y que envíen mensajes de WhatsApp por más que sean las 11 de la noche.
Comentó que los legisladores, intendentes y otros se quitan una selfie con él cuando los atiende, porque “no pueden creer que un ministro los reciba”. Indicó que no se debe invertir en publicidad y que lo necesario es dialogar con los líderes naturales.
También señaló que “hubo una argel discusión entre técnicos y políticos, mientras que los maestros ni querían sentarse en las mesas de votación”.
Por último, lamentó que los disidentes se alíen con los que en dos años los van a perseguir con una “raja encendida”.