El debate por reformular la Ley General de Educación está abierto. Y hasta los referentes de varias corrientes religiosas –situadas en el país– coinciden en que dicha normativa y el entorno educativo en sí deben ser revisados y adaptados a los tiempos que corren.
“Todo el sistema educativo está caduco, está arcaico y necesita un replanteamiento de toda la filosofía educativa que está sosteniendo la Ley General de Educación que está caduca y necesita una reformulación que sea fruto de todo este proceso de encuentros, foros”, antepuso el monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo de Asunción, durante la reunión mantenida ayer en la Comisión Especial de Reforma del Sistema Educativo de la Cámara de Diputados.
Del encuentro, presidido por el diputado Carlos Núñez, participaron Julián Vainstein, rabino de la Unión Hebraica del Paraguay de la comunidad judía; Esteban Missena, de la Asociación de Iglesias Evangélicas del Paraguay (Asiep) y Ricardo Cano de la Asociación de Pastores Evangélicos del Paraguay (Apep).
“Si alguien quiere afirmar lo contrario que se demuestre que los resultados son óptimos”, contrapone el máximo representante de la Iglesia Católica al señalar que “a nivel de la enseñanza básica, media y universitaria ocupamos un lugar inferior en todas las estadísticas internacionales”.
Para el prelado –y asegura que en esto la coincidencia con las demás iglesias es unánime–, el tipo de educación que se imparte en el país es el mismo del siglo XIX.
Globalización. Tanto las instituciones como los docentes “deben adaptarse a un mundo cambiante”, según postula y señala que ambos deben ofrecer los recursos necesarios para que los estudiantes puedan desarrollarse en una “sociedad versátil que exige aprender a aprender y a desaprender”.
“Vivimos en un mundo reinado por la globalización y dominado por el uso de las nuevas tecnologías; sin embargo, estamos aún muy primitivos en ese campo”, refiere Valenzuela para quien las políticas públicas –en aras de la igualdad de oportunidades– deben favorecer la posibilidad de acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicaciones (TICs) en el ámbito educativo.
“Hoy, los jóvenes son nativos digitales y dominan las TICs y nosotros todavía no estamos en ese campo”, resalta.
Todo este contexto, dice, cuestiona un tipo de desafíos que se debe afrontar “para adaptarnos” a la sociedad.
En palabras de Valenzuela, esto exige una reconfiguración de modelos confeccionados. hace más de 100 años.
A la par, emerge la necesidad de que los Gobiernos “inviertan más recursos en educación” para generar condiciones de cara a las “nuevas formas de aprendizajes, adaptadas a la era digital y la nueva sociedad del siglo XXI”. Asevera que, en sintonía con los demás representes religiosos, es partidario a reformular la política educativa que no se ha revisado desde hace años.
“Esta ley de educación tiene muchas fallas. Por eso es imperioso que el Parlamento escuche a la población, a los entendidos”, concluye.