Las líneas de investigación en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) son variadas, en virtud de que se llevan a cabo en diferentes disciplinas del conocimiento.
Entre los trabajos que se vienen desarrollando, se destacan el proyecto de generación de antígenos (desencadenador de anticuerpos) para la detección del dengue y chikungunya; así como el diagnóstico apropiado de estos males a partir de la producción de proteínas (ver info). También está en espera de autorización la inédita producción y fabricación de aceite de cannabis con fines terapéuticos en el laboratorio del Centro Multidisciplinario de Investigaciones Tecnológicas (Cemit).
El Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud (IICS) cuenta con líneas de investigación que buscan caracterizar a los mosquitos transmisores del dengue, zika y chikungunya, así como su serología. “Se ha trabajado en sistemas de diagnóstico rápido para dengue. Antes se tardaba muchísimo para verificar si era o no esa enfermedad”, señala la Dra. Inocencia Peralta, directora de la Dirección General de Investigación Científica y Tecnológica (Dgict) de la UNA.
INFECTARIO. Comenta que en siguientes trabajos “la idea es tener un infectario” para criar mosquitos que serán sometidos a estudio. “El estudio de vectores permitirá, en primer término, probar diferentes tipos de insecticidas naturales que existen para reducir la población de mosquitos; también permitiría ver si existe mutación del virus, saber qué ocurre en el ciclo de vida del vector”, refiere. Esto tiene que desembocar –indica– a “probar vacunas” y una serie de estudios de mayor nivel. “Por supuesto que para desarrollar vacunas necesitamos de mayor infraestructura, pero hay que empezar por lo básico”, completa.
Para Peralta, la industria farmacéutica nacional está muy desarrollada y “no creo que estemos tan lejos” –dice– de producir algún tipo de vacuna como está probando Brasil.
“Si estamos exportando fármacos de buena calidad, estamos produciendo vacunas para ganados, por qué no vacunas para humanos”, sopesa.
Respecto al tema del cannabis, una vez que se reglamente su producción, ejecutarán la primera fase del proyecto de fabricación de aceite a nivel nacional con fines medicinales. “Hay médicos que trabajan con medicamentos importados y tienen reporte de muy buenos resultados. Hay mucha gente esperando que esto se autorice”, dice sobre la aplicación que se le da hoy para tratar afecciones neurológicas.
Haciendo malabares por los recortes presupuestarios, la UNA llega a financiar entre 50 y 70 proyectos cada año.
Para poder fabricar aceite de cannabis, primero tiene que salir un decreto que regule su producción. Dra. Inocencia Peralta,de la Dgict.