Sergio Cáceres Mercado
Sergio209@lycos.com
En la mejor tradición del cine de denuncia política, Spielberg nos ofrece otra magnífica realización con un guion milimétricamente cuidado, que incluye distintos elementos, sean los de la alta (y sucia) política, los del periodismo y sus principios, pero más que nada la lucha interna de una mujer que debe tomar una gran decisión. Esta mujer es la dueña del The Washington Post, Katharine Graham, encarnada por una soberbia Meryl Streep, lo que, por supuesto, le ha valido una nueva nominación a los Oscar.
El choque que la administración Nixon tuvo con la prensa ya no es novedad dentro del cine. Sin embargo, no deja de ser extremadamente aleccionadora la minuciosidad con que se detalla la lucha de poder entre el gobierno y los periódicos más importantes de Estados Unidos a principios de la década de los setenta.
Pero yo quiero rescatar más todavía la excelente ambientación de la época, y muy especialmente la vida en los distintos niveles de un diario. Desde las decisiones de alta gerencia, mezcladas con sentimientos encontrados que tienen los dueños cuando su amistad con los políticos se ve afectada, hasta esa batalla campal que es una redacción y su fauna periodística, llegando a la sala de máquinas y los mínimos detalles de cómo era imprimir un diario décadas atrás. Y esto es solo la punta del iceberg, pues cuando el diario sale a las calles, esperar y leerlo era todo un acontecimiento, algo que es muy difícil de ver hoy día en la época de Wikileaks y las redes sociales.
Cuando fui a la sala del Hiperseis, nunca había visto tanta gente grande para una película. Es que trae todos los temas que marcaron una época: Vietnam, Nixon, Kennedy, etc. Pocos jóvenes comprenderían en su cabal dimensión el significado de estos nombres. Por eso mismo, esta película excelente es recomendable para todos, jóvenes y adultos, pero estoy seguro de que gustará a los periodistas, en especial a los de la prensa escrita. Recomendadísima.
Calificación: ***** (excelente)