Luego de la asamblea realizada en la Plaza de Armas, los campesinos confirmaron una nueva marcha por el microcentro, a pesar de las advertencias de la Policía Nacional de que cumpliría con la cuestionada Ley del Marchódromo.
De acuerdo al itinerario establecido, la movilización inicia en Paraguayo Independiente, continúa en Caballero, Palma y Chile para el retorno frente al Congreso Nacional, confirmó el dirigente de la Coordinadora Nacional Intersectorial, Filemón Paredes.
Sin embargo, cuando comenzaron a marchar, un contingente policial impidió el avance de los labriegos, a pesar de que estos no portaban sus palos, calificados por las fuerzas de seguridad como armas, mientras que los manifestantes argumentan que es un símbolo que utilizan desde hace más de 20 años.
Paredes critica las medidas, pues solo a los campesinos se les impide marchar, refiriéndose a los docentes y estudiantes que se movilizan en la capital.
Los labriegos exigen una vez más a los senadores que rechacen el veto presidencial al subsidio de sus deudas, tras quedar sin cuórum el pleno en varias ocasiones en que figuraba este punto en el orden del día.
Este jueves se encuentra entre los últimos temas a tratar en sesión ordinaria, en tanto que los labriegos solicitan que pase entre los primeros puntos.
A esto se suma el pedido sobre el cumplimiento de la ley que declara en emergencia la agricultura familiar campesina. Según el ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Juan Carlos Baruja, el Senado debe aprobar una ampliación presupuestaria para ejecutar lo establecido en la normativa, puesto que actualmente no cuenta con recursos suficientes para el efecto.
Sobre el proyecto del Ejecutivo como alternativa tras el veto al subsidio, los campesinos no tienen una posición, porque ningún representante les presentó oficialmente, solo escucharon de la propuesta a través de los medios de comunicación. “No podemos decir si nos gusta o no porque no conocemos”, cuestionó Paredes.
Los productores que habían permanecido hasta principios de agosto en la Plaza de Armas, retornan luego de un mes a la capital del país para retomar las movilizaciones, luego de la pérdida de sus cultivos que les impidió seguir pagando sus deudas contraídas tanto con el Crédito Agrícola de Habilitación (CAH) como con entidades financieras.