09 ago. 2025

Pinturas Soler expone coloridas escenas del cotidiano de antaño

En una muestra inédita, El Cabildo reúne obras del destacado pintor Ignacio Núñez Soler, sus hijos y hermano. Las creaciones recogen estampas de otras épocas, paisajes y fiestas populares. El acceso es libre.

Tradicional. Esta obra de los Soler retrata una  tradicional fiesta de San Juan en el campo.

Tradicional. Esta obra de los Soler retrata una tradicional fiesta de San Juan en el campo.

Por Johana Peralta

Una familia de pintores reconocidos por plasmar paisajes de tradición y cultura paraguaya es lo que presenta Pinturas Soler, una exposición que reúne obras de don Ignacio Núñez Soler y de sus hijos Víctor, Harmodio y Flammarión Soler Méndez, así como dos obras de su hermano Tomás Soler.

La muestra se puede visitar de lunes a viernes, de 8.00 a 20.00, y los fines de semana y feriados, de 9.00 a 17.00, en el Centro Cultural de la República El Cabildo (Avenida de la República casi Alberdi), con acceso gratuito.

La exposición ofrece como un árbol genealógico de artistas paraguayos, en donde es posible observar creaciones de pintores provenientes de una misma familia, pero de generaciones distintas.

Por un lado está don Ignacio Núñez Soler (1891-1983), uno de los representantes del paisaje asunceno más destacado y abarcante, que nació y falleció en la capital.

Estilos. Sus hijos también pintaron paisajes, como es el caso de Víctor José Soler Méndez (1915-1998) que retrata la vegetación paraguaya con sus árboles, cascadas y caminos, elaborados, a veces, dentro de un clima melancólico de amaneceres y ocasos campesinos.

En tanto, los cuadros de Flammarión Soler Méndez (1921-2001) son más coloridos y alegres que los de su hermano Víctor José, pues encara el paisaje tropical de manera festiva, observándose, en algunas de sus obras, personajes en estaciones de tren del interior, escenarios campestres y fiestas patronales.

Por último, están el color y la luz de los paisajes de Harmodio César Soler Méndez (1923-2013), caracterizados por sus lapachos amarillos y rosados, y los chivatos en flor, además de los ranchos de techo de paja.

Descendiente. Una de las descendientes es la sobrina de Núñez Soler; Teresita Soler, hija de Harmodio Soler, quien colaboró muy de cerca con la preparación de esta muestra. “Anhelaba unir en una exposición obras que rescaten los recuerdos familiares de una época, presencias de pinceles, paletas con colores, caballetes, aroma de pinturas al óleo que abuelo Ignacio, papá y mis tíos forjaron en mi memoria”, recuerda Teresita, añadiendo que cuando niños, se movían con total libertad en medio de esas creaciones artísticas.

La familia de Harmodio Soler fue justamente la que donó al acervo del Centro Cultural El Cabildo, siete matrices xilográficas del artista.

“Decidimos donar a El Cabildo las matrices de xilograbados que realizó mi padre (Harmodio Soler) en la década de los 60 y 70 bajo la dirección de Livio Abramo y Edith Jiménez. Con esa idea nos acercamos y entonces la directora general (Margarita Morselli) vio los trabajos y le gustaron mucho, así que propuso armar una gran exposición de los Soler”, explica Teresita Soler.