08 may. 2024

Pasajeros pierden 80 horas al mes para entrar y salir de Asunción

La gente debe pasar cada día cuatro horas en el colectivo para trabajar o estudiar en la capital en medio de todo tipo de incomodidades.

Sin importar la localidad del área metropolitana o la vía de acceso utilizada, inevitablemente se perderá en un colectivo cuatro horas al día para entrar y salir de Asunción en un viaje que se realiza en medio de todo tipo de incomodidades e inseguridades, lo que en el mes totalizan 80 horas o tres días y medio de tiempo malogrado.

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Este sombrío panorama se refiere solo al transporte de cada persona, sin tener en cuenta que la mayoría se levanta unas dos horas antes para prepararse, caminar varias cuadras hasta salir a la ruta y esperar mucho tiempo el arribo de los buses. Esto se ve más acentuado en jornadas de mucho frío y lluvia, cuando las frecuencias son escasas.

A todo ello se suma que las unidades vienen colmadas de pasajeros, lo que hace que pasen de largo y dejen colgados a muchos de ellos. Los buses climatizados que fueron implementados para viajar cómodos y sentados hoy también vienen abarrotados.

Una franja horaria de 15 minutos puede marcar la diferencia entre llegar temprano al trabajo o tarde. En este último caso se agregan a los efectos negativos de la situación los descuentos compulsivos del salario por llegada tardía aplicados por los patrones.

TRANCADAS. Para la gente que viene desde Capiatá por ruta 1 hasta la capital, el lento y cansador viaje encuentra su primer escollo al llegar al km 15, en el desvío a Reducto, donde se tardan aproximadamente 15 minutos en pasar el semáforo.

El punto más caótico es cruzar el Mercado de San Lorenzo, donde fácilmente se pierden 40 minutos en la angosta calle Julia Miranda Cueto.

Al alcanzar la ruta Mariscal Estigarribia, otro cuello de botella se da en la zona del Campus de la UNA, donde a las constantes paradas por parte de estudiantes se agrega la complicación que crean las obras del Metrobús.

En esta travesía de apenas 23 kilómetros, pasar por Fernando de la Mora a la altura de la Comuna local y las estrechas arterias del área del Mercado 4 completan la tortura diaria.

El flujo que viene desde San Lorenzo por Mariscal López no es la excepción. Entre los semáforos del Hospital de Clínicas y el Shopping Pinedo se malogran 15 minutos y, a medida que se avanza, otros cruces semafóricos tornan excesivamente lento el paso.

En el caso de Limpio, las nuevas vías de comunicación sobre ruta 3 facilitan una fluida circulación, pero todo se atasca de nuevo a partir de Mariano Roque Alonso, donde el paso se vuelve muy lento.

El drama se presenta al llegar a Artigas, donde se pierde cerca de media hora en alcanzar el microcentro asunceno.

Los que salen de Luque tienen en el horario que va de 6.00 a 9.00 las peores vicisitudes. El cruce de la ruta General Aquino, que conecta con Tape Tuja, muestra una fila interminable de máquinas que se mueven a paso de tortuga. La obra del superviaducto complica aún más el desplazamiento. Solo una vez que se alcanza General Santos, ya en Asunción, el cruce es más rápido.

Los que vienen de Acceso Sur por la avenida Fernando de la Mora deben sortear los obstáculos de 3 Bocas, entrada y salida de San Lorenzo, Ñemby y Villa Elisa; Zavala Cué y Acceso Sur; Calle Palma y Acceso Sur; los semáforos de Fernando de la Mora con Cacique Lambaré y De la Victoria; la zona de la Terminal de Asunción; el Mercado 4.

Plan Ceta anunciaba aumento desmedido de automotores

El aumento del parque automotor de Asunción y su Área Metropolitana y el colapso de las principales vías de penetración a la capital ya fueron advertidos en el Plan Ceta, elaborado entre 1984 y 1998 por técnicos de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA).

En el mismo se consigna que desde el ’98 hasta el 2005, los vehículos particulares pasarían de 1.072.565 a 2.059.134 en esos siete años, los cuales ingresan y salen diariamente de Asunción por trabajo, estudio, negocios o sencillamente por paseo.

Asimismo, en materia de unidades del transporte público de pasajeros señala que los mismos pasarían en ese mismo tiempo de 1.140.100 a 1.862.794, contribuyendo de esa manera al congestionamiento de avenidas y calles de la capital.

De toda esa cifra, en la Comuna asuncena manejan la estadística que en cada jornada ingresan y vuelven a salir del territorio capitalino un total de 650.000 máquinas, entre automóviles particulares y colectivos.

El ingeniero Alfredo Ibáñez, experto en ingeniería de tráfico de la institución municipal, informó que entre esos números no se considera a las motocicletas, de las cuales no se tiene un cómputo exacto.

Sin embargo, apuntó que estos biciclos motorizados fácilmente llegarían a la cantidad de los rodados, atendiendo un informe de la Cadam, que señala que se vendieron en los últimos años del 2016 y parte de este 2017 unas 1.800.000 unidades.

El profesional apuntó que se proyecta instalar semáforos inteligentes en 102 cruces de la capital que se sumarían a los 78 que ya fueron colocados en las cinco vías de penetración, con lo que se agilizaría el acceso a la ciudad.

La construcción de viaductos es otro aspecto contemplado para ganar fluidez.

LAS CIFRAS

1.500.000 personas ingresan cada día a Asunción desde distintas ciudades del área metropolitana por motivos laborales o de estudio.

650.000 vehículos particulares y unidades del transporte público entran y salen en cada jornada de la capital, colapsando todas sus vías de comunicación.

40.000 automóviles de contribuyentes capitalinos únicamente figuran actualmente en los registros de la Municipal de Asunción.

Opiniones

“El tráfico está trancadísimo casi todo el día”

“Uno tiene que salir antes de las seis de la mañana para llegar a tiempo a su compromiso. Si se sale después de las seis ya es un infierno. El tráfico ya está trancadísimo casi durante todo el día. Da igual si uno se moviliza en su vehículo particular como en un colectivo. En el auto propio solo se tiene la comodidad. En el caso del bus todos vienen llenos y se tiene que pasar por todo tipo de incomodidades. A veces los conductores ni siquiera te alzan. Ya no hay horas pico. El embotellamiento es total. Algo se debe hacer para agilizar el tráfico en las avenidas que están colapsadas”.

Higinio Montanía, ciudadano.

“Es una tortura ingresar cada día a la capital”

“Venir desde cualquier punto del Departamento Central hacia Asunción se torna bastante difícil. Es una tortura ingresar cada día a la capital, porque las avenidas se encuentran saturadas de vehículos y unidades del transporte público. Y las vías alternativas tampoco escapan a esta situación. Estos desvíos están en mal estado y se van descomponiendo aceleradamente porque no están preparados para soportar un pesado tráfico. La situación de caos es a nivel general y se precisa de arreglos de estos caminos y que las autoridades vean cómo dar fluidez al tráfico”.

Agustín Dávalos, conductor.