EFE.
Esa instancia evaluó en su último periodo de sesiones la información presentada por Rusia sobre el cumplimiento de la Convención Internacional contra la Discriminación Racial y datos sobre este mismo asunto procedentes de otras fuentes.
En sus conclusiones y observaciones finales, el Comité considera que las manifestaciones racistas siguen “fuertemente arraigadas” entre los aficionados del fútbol, en particular contra personas de minorías étnicas o afrodescendientes.
En esta línea, el Comité recomienda a Rusia que intensifique sus medidas para combatir los comportamientos racistas en el deporte, principalmente en el fútbol.
Entre esas medidas, considera clave garantizar que los entes deportivos oficiales investigan cualquier manifestación de intolerancia, racismo o xenofobia, y que éstas sean sancionadas con multas u otras medidas administrativas.
En este sentido, se alienta la intención manifestada por Rusia de crear y poner en marcha un sistema de inspectores bajo la batuta de la Unión Rusa de Fútbol.
Por otra parte, el Comité dedica una sección de sus comentarios a la Ley Federal para Combatir las Actividades Extremistas, que critica por contener una definición “vaga” y “amplia”, y que puede ser utilizada para “silenciar a individuos, en particular a los que pertenecen a minorías vulnerables”.
Esas minorías pueden ser de carácter étnico, indígenas o apátridas.
También preocupa al órgano de la ONU que las autoridades rusas clasifiquen a organizaciones no gubernamentales que trabajan en la promoción de los derechos humanos como “agentes extranjeros”, lo que perjudica sus actividades y en algunos casos ha llevado a su cierre.
Por remediar esto, se pide que se enmiende la definición de “extremismo” para que sea clara y precisa.
Otro asunto que destaca en el informe final del Comité es la constatación de que siguen produciéndose ataques racistas violentos por parte de grupos neonazis y patrullas de cosacos.
Las víctimas son generalmente inmigrantes, miembros de la minoría roma y afrodescendientes.
El Comité reconoce que el número de esos ataques se ha reducido en años recientes, pero le inquieta que éstos persistan.
En este tema, se cuestiona también la evaluación por perfil de esas minorías, además de personas procedentes de Asia central y el Cáucaso, por parte de la policía; así como el hecho de que haya funcionarios públicos y políticos que lanzan discursos de odio y que permanecen impunes.
Los medios de comunicación tienen igualmente parte de responsabilidad al “diseminar estereotipos negativos y prejuicios” contra esas mismas comunidades, concluye el informe.