29 jul. 2025

“No veo un futuro bueno para los jóvenes que están en el folclore”

Adrián Cáceres

Adolfo Bernal (78), más conocido como Papi Galán, es uno de los grandes arpistas del Paraguay. Alejado de los escenarios, hoy se dedica a la enseñanza y a la composición. El músico ve un futuro poco alentador para los folcloristas paraguayos, por la falta de espacios y orquestas donde puedan ofrecer su arte. “La enseñanza para mí es un desafío. Ese es mi presente. En estos 16 años llegué a formar a muchos chicos. Algunos están por Europa, por China. Cada día son más escasos los alumnos. Es difícil la profesión de músico. Actualmente, tengo 20 alumnos”, detalla el maestro.

Agrega que le gusta seguir componiendo, y en la actualidad tiene como 80 obras escritas. “Estoy asociado a la sociedad de autores de Suiza. Todas mis obras están registradas allí”, señala Papi.

Recuerda que se formó en el arpa de manera autodidacta y ejecuta el instrumento aproximadamente desde los doce años. Sin embargo, se hizo profesional por el camino, y por si fuera poco, es autor de seis libros de arpa.

“Me gustan muchos estilos: rumba, polca, guarania, avanzada. Me hice músico profesional por el camino, en Brasil en los años 70, donde estudié con Óscar Nelson Safuán (creador de la avanzada)”, recuerda el arpista.

folclore. Galán afirma que los jóvenes folcloristas tienen muchísimo talento, pero no existen lugares donde trabajar. “No veo un futuro muy bueno para los jóvenes que están dentro del folclore. Se eliminaron los templos de los folcloristas, sitios como La Curva y otros”, dice.

Asimismo, el arpista se pregunta qué sucedería con los chicos que estudian música si no existieran las universidades que tienen sus orquestas. “Eso salva a muchos, pero los folcloristas no tienen espacio; las orquestas folcloristas desaparecieron”, observa Papi Galán, agregando que Paraguay está además absorbido por la música extranjera, que aparece en las novelas, en las películas, en las radios, etcétera.

Maestros. El músico rememora que en Brasil conoció a grandes figuras de la música paraguaya: Luis Bordón (también arpista) y Herminio Giménez (compositor y director de orquesta), a quienes considera sus grandes maestros. “Estuve allá entre los años 60 y 70. Cuando Luis Bordón estaba en su apogeo. Lo primero que hice fue conocerlo”, comenta Galán.

A propósito, revela que fue Giménez quien le puso el seudónimo de Papi Galán. “Papi me decía mi mamá, y Herminio dijo que me llamaran Galán porque era joven y apuesto en aquella época”, afirma entre risas el maestro.

Luego, el arpista estuvo 20 años en Europa, y en los 90 regresó a Paraguay. En Suiza, conoció a un guitarrista que le sugirió tocar en las plazas o veredas, y vender sus discos en estos conciertos callejeros. Galán dice que este consejo marcó su carrera. “Comenzamos a tocar con una amiga, y gané el doble de lo que ganaba en un restaurante. A ese músico yo le debo una valiosa información. Yo le digo a mis alumnos que en la información está el secreto del éxito”, asegura.