Entre el 24 y el 25 de diciembre de este año, el Hospital del Trauma recibió 10 personas accidentadas por el uso de los petardos. Siete de estas fueron niños y un adulto perdió dos dedos. Mientras que el Centro Nacional del Quemado y Cirugías Reconstructivas (Cenquer) recibió cinco, también en su mayoría niños lesionados.
Al filo de otra noche de jolgorio explosivo, los referentes de la salud llaman nuevamente a la conciencia. Sobre todo a los padres y encargados de los menores, quienes no deben dar estos artefactos a los niños. Con el mensaje quieren evitar que un segundo de entretenimiento se convierta en una vida de desgracia por el resto de los años.
REGULACIÓN. En algunos países existen legislaciones que multan el uso de la pirotecnia. Según el sitio europress.es, lanzar petardos el 31 puede significar una multa de 750 euros en Alcalá de Henares (Madrid) o 600 de la misma moneda en Sevilla. En el 2011 el Congreso de Colombia sancionó la ley por la cual se expiden normas sobre fabricación, almacenamiento, transporte, comercialización, manipulación y uso de pólvora y se adiciona el Código de Policía. Esta normativa incluso prohíbe el uso de los globos luminosos que se elevan con acción del fuego en su interior. También prohíbe el uso de pirotecnia, sobre todo en menores de edad.
El artículo 22 de dicha normativa puede ser ejemplificador. Menciona que más allá de las sanciones pecuniarias y legales establecidas, los representantes legales de menores de edad que se encuentren manipulando cualquier tipo de pólvora o globos deberán hacerse cargo.
“A quienes se les encontrare responsables por acción o por omisión de la conducta de aquel, se les impondrá una sanción civil consistente en la ejecución de tareas para la prevención de la manipulación indiscriminada de pólvora por parte de personas inexpertas o la atención de menores quemados en hospitales”, reza la ley.
Por acá. A pesar de los intentos reiterados de las campañas de concienciación, sigue habiendo niños lesionados por los explosivos a nivel local. El doctor José Canese, jefe del Departamento del Cenquer, cuenta que entre varios colegas hablaron de la necesidad de legislar el uso de los petardos. Sobre todo por el acceso que tienen los menores a ellos. Canese está de acuerdo con que se cree una normativa que parta desde el mismo Parlamento para este tema. Refirió que al igual que el alcohol y el cigarrillo, que también causan daño, el uso de estos artefactos debe estar legislado y contemplar las respectivas sanciones cuando se incumple en alguna norma. “Sobre todo la negligencia en el uso de este material peligroso”, expresó.
Bruno Balmelli, director del Cenquer, menciona que la iniciativa debe partir desde algún representante del pueblo. “A nosotros no nos queda tiempo para dedicarnos a redactar proyectos de ley”.
El titular del centro asistencial enfatizó que la campaña Hakembo busca encender la conciencia en los padres y tutores. Recordó que ningún explosivo es inofensivo.
Acusaciones mutuas de padres de las víctimas
El doctor Jesús Marín, cirujano de manos del Hospital del Trauma, contó que cuando un niño llega con heridas por petardos, los adultos no paran de lanzarse acusaciones mutuas. “Cuando entran al hospital y van al quirófano, se lanzan esas acusaciones”. Desde su punto de vista, debería de haber algún tipo de llamado de atención a los responsables del menor. “Un tironcito de orejas”, dice. Coincide con la legislación colombiana, al sugerir que estas personas deberían cumplir una pena social, dando charlas sobre las consecuencias del uso de petardos. En el momento de la entrevista, Marín contó que atendió dos casos de heridos, uno de ellos un niño.