La mayoría de los políticos paraguayos son especiales. Mientras están en campaña política se llenan la boca de promesas, afirman que sus trabajos serán los mejores de la historia e invitan a la ciudadanía a confiar en ellos. Es muy común que este cóctel electoral también se componga de una serie de desaprobaciones contra las administraciones anteriores, especialmente si estas eran de partidos y movimientos diferentes.
El resultado de la fórmula termina en una autoridad electa encontrando un montón de problemas y culpando a su antecesora de todo lo ocurrido.
Lo que sucedió días atrás con Mario Ferreiro, cuando responsabilizó a Arnaldo Samaniego por el estado de las calles asuncenas, me hace pensar que esta poción de cada cinco años se aplica a todas las nucleaciones políticas paraguayas, sin distinción de colores. Si bien el intendente tomó posesión oficialmente el 19 diciembre, ya había instalado su equipo de transición en noviembre.
Desde antes de que asuma Mario, el estado de las calles era deplorable. Uno suponía que el equipo de transición ya iba a estar evaluando qué medidas tomar apenas empiece a trabajar el nuevo jefe comunal. Sin embargo, los problemas se agudizaron y recién cuando las arterias eran prácticamente intransitables, sobre todo la avenida Fernando de la Mora, se tomó una decisión. No quiero creer que Ferreiro solo actuó cuando los automovilistas pegaron el grito al cielo. Esto sería hacer lo mismo que hicieron todos antes.
Se entiende que la prioridad está con los bañadenses y damnificados, pero en teoría una cosa no debe quitar a la otra. Para eso están los diferentes equipos de trabajo, es cuestión de organización. Los trabajos nocturnos para bachear la ciudad, pese a ser más costosos, parecen ser lo más racional, empezando por el caótico tráfico y sumado al intenso calor que se tiene en horas de sol (obreros agotados trabajan menos, menos resultados).
Más allá de que sea cierto, de que Samaniego haya dejado una ciudad llena de baches y una deuda de USD 32 millones, Mario no puede empezar a sufrir de esa especie de antitis, padecimiento por el cual siempre se culpa al que estuvo antes para no avanzar en los trabajos.
Mario tiene demasiado trabajo que hacer, la declaración de emergencia vial es un buen comienzo. A más de los baches están el desagüe pluvial, alcantarillados, cambio de caños con Essap, recolección de basuras. Se espera que no pierda tiempo lamentando lo que realizó o no su predecesor y se ponga firme en las obligaciones para las que la ciudadanía lo eligió, para el cambio. La Contraloría es la que tiene investigar qué hizo la administración anterior con todos los recursos.