21 may. 2025

Niños almuerzan mangoguýpe ante la falta de comedores en Caazapá

Los alumnos de la escuela básica Tomasa Bogado, de Abaí, comen parados o sentados sobre troncos o hamacas en el patio. La dirección de la institución asegura que ya solicitó el comedor a las autoridades.

Picadito al aire libre.  Niños almuerzan sobre unos troncos en el patio de la escuela básica Tomasa  Bogado, del distrito de Abaí, en Caazapá.

Picadito al aire libre. Niños almuerzan sobre unos troncos en el patio de la escuela básica Tomasa Bogado, del distrito de Abaí, en Caazapá.

El calor era agobiante el miércoles pasado en el distrito de Abaí, en Caazapá, y en la escuela tocaba comer un caldo de fideos con carne picada y ensalada de repollo con tomate.

Ante las altas temperaturas, los niños eligieron consumir el almuerzo bajo la sombra de los árboles en la escuela básica Nº 1245 Tomasa Bogado, donde asisten y reciben el complemento nutricional diariamente unos 105 escolares, en los turnos mañana y tarde. Contar con un comedor todavía es un sueño para los chicos.

Una vez en el patio, se distribuyeron entre sillas o bien se sentaron en las hamacas, toboganes o remaron parados cuchara tras cuchara hasta terminar con el plato del día. Si bien tanto el caldo como la ensalada “alcanzaron” para todos, por falta de cubiertos deben mezclar el repollo y el tomate con el picadito.

“Como hace calor en las aulas y estuvimos ahí toda la mañana, elegimos almorzar por acá", comentó uno de los niños que asisten al turno mañana en Tomasa Bogado, que pese a ser la institución educativa central de la zona, no cuenta con comedor ni con cocina para la distribución del almuerzo escolar.

Al igual que en casi todas las instituciones del interior del país, los directores hacen malabares con el poco espacio con que cuentan y liberan salas de clase para que sean utilizadas como cocina. Allí son las mismas madres de los chicos o mujeres de la zona quienes se encargan de preparar el alimento, contratadas por la firma adjudicada.

El coordinador de la institución, el docente Arsenio Vargas comentó que “no hay de otra” que comer en el patio o en las aulas por la falta de comedores, al tiempo de indicar que ya solicitaron la construcción de un espacio con mesas y sillas para que todos los chicos almuercen seguros y cómodos. “Nos arreglamos como podemos, esta es una sala del Preescolar, donde se usa como cocina, pero ya se hizo el pedido para la construcción de un comedor”, comentó.

CONTROL. Vargas dijo que pesan los productos que llegan de la firma adjudicada para el complemento alimenticio –en este caso, la cuestionada Ladero SA– con el fin de evitar que les entreguen menos insumos de lo que necesitan. “Si algo falta, por ejemplo, ahí mismo les pedimos que repongan y se arregla el asunto”, comentó el educador. “Lo que necesitamos es una garrafa con mayor kilaje, porque la de 6 kilos que provee la firma no alcanza para cocinar 8 días para más de cien alumnos”, expresó el director de la escuela, Elvio Godoy.

También necesitan insumos de limpieza, que debe proveer Ladero SA, pero que jamás llegaron al sitio.

El almuerzo escolar en Caazapá está a cargo de la Gobernación local, que adjudicó a tres firmas privadas bajo la condición de que contraten a madres o a mujeres de la comunidad para que sean las cocineras, repartiendo los insumos cada ocho días, o una vez a la semana. La inversión, con recursos del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), es de G. 16.439 millones y las compañías ganadoras de la licitación por 115 días escolares son Ladero Paraguayo SA, Lakmi SA y Keops Group SA..