29 mar. 2024

Multitud despidió restos de Rodrigo y pidió castigo para quien ordenó crimen

Los habitantes de la ciudad de La Colmena llenaron las calles para despedir a Rodrigo Quintana, quien fue asesinado en el local del PLRA y sus familiares señalaron que el Gobierno ordenó su muerte.

Al grito de "¡Justicia, justicia!” dieron el último adiós a Rodrigo sus seres queridos y toda su ciudad quedó conmocionada por la muerte del joven de 25 años, quien falleció por los disparos de escopeta en la madrugada del sábado tras un atropello ilegal de la policía a la sede del PLRA luego de la represión frente al Congreso.

En un ambiente de pesar y dolor, los habitantes de la primera colonia japonesa, distante a 132 kilómetros al sudeste de Asunción, acompañaron por las calles de la ciudad los restos de Rodrigo que luego fue llevado a la parroquia San Francisco Javier, donde se le hizo un oficio religioso de cuerpo presente y finalmente partieron hacia el cementerio local donde ya descansa.

Tras dos kilómetros de recorrido en caravana y antes de depositar los restos mortales del joven, hubo un largo espacio de reflexión de los que los conocieron y los que rescataron el papel de Rodrigo como joven demócrata que dio su vida por detener el atropello constitucional.

El presidente del PLRA, Efraín Alegre, aseguró que su partido no descansará hasta que se castiguen a los asesinos y “los autores políticos” del crimen. Anunció que en homenaje al “héroe de la patria”, nominarán a la Casa de la Libertad (Directorio) “Rodrigo Quintana”. También dijo que hay instituciones, como la religiosa, que no expresan una posición adecuada a las circunstancias que vive el país.

El concejal local, Diego Garcete, lamentó que su amigo, con quien viajó a la capital para protestar, haya sido una víctima de este régimen. La Juventud Liberal rindió su homenaje a través de Rigna Ríos, al ex presidente juvenil distrital de su partido, diciendo que quedará la llama viva de la lucha de Quintana como ejemplo para la juventud.

El miembro del Directorio, Salyn Buzarquis, señaló que el presidente Horacio Cartes tiene la “mano manchada de sangre” por este suceso.

Con dolor, al término de la sepultura, Fidelino Quintana, su padre, reiteró que no hay duda de “que el Gobierno tiene la culpa de la muerte de mi hijo. Tanto Horacio Cartes como Fernando Lugo, saben que tienen responsabilidad en esto”, cuestionó.

Recordó con nostalgia la última vez que vio salir de su casa a su benjamín “con bolsón y shorcito”, el viernes cuando llegó hasta Asunción.

Dijo que Rodrigo, quien culminaba su tesis para recibirse de ingeniero agrónomo por la Universidad Nihon Gakko –título que se lo confirieron de manera póstuma– la única “arma” que trajo a Asunción fue su bandera. La biblioteca local de la universidad llevará su nombre.

“Era el sostén de la casa”, dijo el padre, y subrayó que le costeaba el tratamiento de una enfermedad que padece, dado que sus demás hermanos ya no viven en la casa paterna.

Rodrigo, sin duda, era un joven querido, celebró su padre, al ver a tanta gente acompañar el sepelio y llorar la muerte de su hijo.

Contra Lugo. No olvidó que cuando Rodrigo empezó a interesarse en política ayudó a consolidar un equipo que apoyó en 2008 a Lugo. Lamentó que hoy Lugo “nos traicionó pese a que trabajamos por él, así nos paga”, dijo con gran decepción.