Por César Larré
TEMBIAPORÃ
Los pobladores de las colonias Banderita y Pindo’i viven en zozobra desde el pasado 15 de setiembre, cuando más de 200 familias campesinas fueron desalojadas en Guahory.
Periodistas de este diario y de Telefuturo realizaron la semana pasada una recorrida por Guahory y las colonias vecinas que hoy están amenazadas de desalojo.
En Banderita viven más de 100 familias campesinas. Se trata de una colonia ya consolidada, donde cada familia tiene su casa y su chacra; hay un centro educativo y una capilla.
En el lugar, el equipo periodístico conoció a Alberto Céspedes, de 75 años. Originario del Departamento de Paraguarí, cuenta que en 1989 llegó a Banderita, donde quiere terminar sus días.
Don Céspedes relata que canceló el pago por su lote hace 12 años. Sin embargo, hasta hoy no obtuvo su título de propiedad. Por dos lotes, uno de su hijo, don Céspedes pagó G. 11.000.000.
No sería nada extraño que algún funcionario del Indert lo haya estafado, al igual que a muchos otros labriegos que están en su misma situación; que a pesar de haber pagado hace años la totalidad de las parcelas, aún no reciben los títulos de propiedad.
El septuagenario se quebró en una parte de la entrevista. Es que tiene todas las de perder en el caso de un desalojo, pues solo tiene para exhibir maltrechos recibos de dinero del ente, con los que intentar defender su lote y el de su hijo.
El hombre, a pesar de la avanzada edad, sigue trabajando la tierra: cultiva mandioca, maíz y poroto.
Juan Ángel Bogado Benegas es su ahijado. Dice que nació en la misma colonia.
Sostiene que canceló el pago por su lote en Indert, pero que hasta hoy no accedió a su título de propiedad.
Es uno de los pocos paraguayos dentro de la colonia que cuenta con una máquina sembradora. Con ella obtiene buenos ingresos, ya que es contratado por varias personas para realizar trabajos de cultivo.
Bogado acusó al presidente del Indert, Justo Cárdenas, a las autoridades policiales de Caaguazú y fiscales de la zona, de recibir dinero de los brasileños para que se realice el desalojo en Banderita.
“Nosotros estamos muy preocupados, nuestras familias no están tranquilas. Ya ni podemos trabajar tranquilos porque estamos pendientes de lo que pueda ocurrir (...)”, manifestó.
La misma historia. En la colonia Pindo’i, donde viven más de 80 familias campesinas, la situación es la misma que en Banderita: reina el temor debido a las constantes amenazas de desalojo.
Muchas familias denuncian que no reciben sus títulos de propiedad, a pesar de haber cancelado hace años el pago por los lotes.
“Estamos en zozobra, la gente está muy preocupada”, dijo Rubén Cantero en representación de las familias.
En esta colonia coincidieron en señalar que la corrupción, principalmente de los funcionarios del Indert, es la responsable de la problemática.