Mientras el Ministerio de Hacienda exige una política de austeridad y racionalización de los gastos públicos, se da el lujo de contratar un triple seguro médico y odontológico, por una suma millonaria de G. 50.395.000.000 (alrededor de 9.047.000 dólares) para sus 2.400 funcionarios.
No solamente en el Congreso hay seguro médico vip. La ministra de Hacienda, Lea Giménez, contrató servicios para contar con un “seguro por exceso de gastos médicos. Reaseguro”. Es un seguro del seguro por una suma millonaria de G. 3.990 millones.
Este reaseguro se usa en el caso de que el seguro principal contratado con Santa Clara SA no cubra otros gastos médicos y sanatoriales, entonces el reaseguro se encarga de cubrirlo.
En la cobertura del reaseguro por exceso de gastos médicos, llamativamente esta cubre por “beneficio de guerra y terrorismo” por la suma de USD 30.000.
Igualmente, la cobertura contempla “envío desde el exterior de medicamentos de alta complejidad que no existan en el mercado nacional, en el tiempo de la necesidad y en un plazo máximo de dos semanas, incluyendo medicamentos quimioterapéuticos por USD 30.000.
El reaseguro incluye “cuidados médicos en el hogar, que incluye enfermeras privadas especializadas y de salud a domicilio por USD 6.000". Asimismo incluye “Tratamiento para el cáncer /medicamentos por USD 30.000. “Diálisis ambulatoria por USD 30.000. “Ambulancia terrestre 100% en todo el territorio del país. Además de ambulancia aérea por USD 30.000. “Repartición de restos mortales por USD 10.000.
El privilegio que gozan los funcionarios públicos no condice con la situación que hay en los hospitales públicos, en donde existe una gran necesidad de medicamentos y de servicios básicos en materia de salud.
OTROS PRIVILEGIADOS. Este privilegio de Hacienda solo puede compararse con el seguro médico que se autoasignaron los parlamentarios (diputados, senadores y parlasurianos).
Para cada uno se gastan G. 1.600.000 al mes, resultando como egreso del erario público mensual G. 228.800.000 y al año es de G. 2.745.600.000, traduciéndose en dólares más de USD 500.000.
Todo esto sin contar con las vacaciones de los congresistas, que duran tres meses, y cuyo salario no se modifica por ninguna razón, alcanzando de esta forma los G. 35 millones por mes, sin contar los gastos de combustibles, viáticos, pasajes aéreos o la representación.
