Los pupitres del séptimo grado de la escuela básica General Eduvigis Díaz, ubicada en el centro capitalino, por poco y alcanzan la pizarra del aula.
Apretados entre sus muebles deben aprender las lecciones diarias unos 54 estudiantes inscriptos en la institución de gestión oficial, ubicada en las calles Chile y Milano.
Los salones del tercer ciclo de la Escolar Básica tienen en promedio entre 38 y más de 50 estudiantes cada año, situación que hace que los docentes se adapten a esta circunstancia, buscando lograr el proceso educativo cada fin del ciclo lectivo, según cuentan.
Otro caso un tanto más extremo se da en el Colegio Nacional Presidente Franco, donde en una sala de clases del primer año en Contabilidad están matriculados 57 secundarios. La diferencia radica en que allí, el espacio para desarrollar las materias es mayor que el de una sala de clases habitual, cuya medida suele ser de seis metros de ancho por siete u ocho de largo.
General Díaz tiene inscriptos a más de 350 niños y Franco a unos 1.500.
Acomodo. “Hay maneras de adaptarse, una de las medidas que nosotros tomamos es utilizar las salas más grandes para los cursos donde hay más alumnos”, cuenta la profesora guía de la Media en el Presidente Franco, la licenciada Adela Laura Brizuela.
La profesora de Guaraní de la institución, Irene Recalde, coincide con Brizuela. No obstante, expresa que lo ideal para lograr una calidad educativa es tener como máximo entre 25 a 30 escolares por aula.
Brizuela aclara, además, que esta situación se da solo en la Media, pues en la Escolar Básica tienen hasta 35 chicos por cada espacio. “Para la secundaria tenemos a los chicos de la casa, más los estudiantes nuevos que vienen de otras instituciones”, agrega.
María del Carmen Giménez, directora de Escolar Básica del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), expresa que no existe una regulación de niños o jóvenes por aula en el país.
Solo existe un tope mínimo de escolares por nivel, establecido en la resolución Nº 16092/03, una normativa que está actualizando la cartera educativa.
“El tema no es sencillo, depende de las comodidades que uno tenga y con técnicas pedagógicas adecuadas uno puede manejar grupos de hasta 60 estudiantes”, apunta. Agrega que tampoco se puede pretender tener a 50 0 60 alumnos “todos calladitos” con el método tradicional.
Nuestra realidad es que tenemos déficits de salas de clase, incluso cuando no tienen la medida estándar adecuada, lamenta la funcionaria.
Garantías. La prioridad absoluta es que los chicos sean inscriptos en la institución educativa, sostiene la directora de la EEB. Aunque, dice, el fenómeno de la gran cantidad de niños en aulas es un hecho que se da en el centro de Asunción y Gran Asunción, hay centros educativos en la misma zona donde no hay tanta demanda. “Muchas escuelas tienen su fama o asiste el hermano o es zona laboral de los padres, por lo que se opta por estos lugares para matricularse”, reflexiona.