El propio Fernando Lugo, quien asume hoy como presidente de la Cámara Alta, en medio de la judicialización de la disidencia, fue a supervisar la sala de sesiones y confirmó que el acceso al acto será solo con tarjeta de invitación.
Justamente fue consultado sobre las declaraciones de su colega Desirée Masi, quien anunció que no iba a permitir el ingreso de hurreros como ocurrió en años anteriores.
“Recién estuvimos hablando con la gente de protocolo y se va a exigir la tarjeta de invitación”, sentenció Lugo.
Los encargados de la seguridad del presidente Cartes también estuvieron inspeccionando la sede del edificio y conversando con sus pares anfitriones sobre los detalles.
Lugo mencionó que se remitieron aproximadamente 200 invitaciones, y encargados de protocolo del Congreso confirmaron un total de 250.
Indicó que iba a estar hasta el final de la presentación del informe, en donde estará acompañado de sus vicepresidentes primero, Jorge Oviedo Matto, del Unace, y segundo, el liberal Blas Llano.
Recordó incluso que en un año anterior conformó el comité de bienvenida, cuya elección se hace con referentes de cada bancada legislativa.
Evitó polemizar sobre una consulta en torno a su destitución vía juicio político, en el 2012, en la que había metido la mano Cartes.
“Ya repetí muchas veces. Trabajar por el país con todos los que quieran sumar el hombro”, se limitó a señalar.
En cuanto a su gestión al frente del Congreso, Lugo manifestó su apertura hacia los 44 senadores. “Estamos a disposición. Somos pares. Veremos la voluntad que exista”, manifestó el senador.
Minimizó la decisión de la disidencia de no reconocer su elección al frente del Congreso, recordando que también judicializaron el caso. “Veremos qué decide la Justicia”, alegó, y dijo que pedirán que el vicepresidente Juan Afara cumpla con su rol de nexo.