1- Problemas de pareja
Los conflictos que nada tienen que ver con el sexo suelen localizarse en la raíz de un problema sexual. Discutir por problemas económicos y la educación o crianza de los hijos pueden generar una tensión que agobia la relación, creando una distancia emocional grave.
2- Autoestima
Uno de los factores que más daño hace a la salud sexual de una pareja es el hecho de que una persona se sienta menos atractiva sexualmente. El efecto de la gravedad, los partos, una mala alimentación o el aumento de peso pueden convertirse en auténticos obstáculos para la intimidad. La comunicación en la pareja es la mejor terapia, según la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard (EE.UU.).
3- Expectativas
Un elemento muy importante en cada relación es lo que se hace bien y no se olvida. Las experiencias pasadas y los antecedentes sexuales pueden suponer, según la cultura o la religión, un problema de cara a nuevas relaciones sexuales. Para otros, las relaciones pasadas no conforman sino una evolución de la persona para disfrutar mejor del sexo.
4- Ansiedad
Muchos piensan que pueden defraudar a la persona, quedarse cortos, no satisfacerlos, estar o no a la altura de ellos. De esta manera se generan prejuicios y suposiciones que podrían afectar los momentos de intimidad, pues la persona no se permite disfrutar.
5- Estrés
Además de la fatiga, el estrés es un factor preponderante. El instinto sexual queda relegado a un segundo o tercer plano cuando la sobrecarga de responsabilidades genera un estrés que, por consecuente, induce a la persona a una incapacidad de gestionar.