31 oct. 2025

Las bajas calificaciones que tienen muchos culpables...

Por Susana Oviedo – oviedo@uhora.com.py

Susana Oviedo

Los resultados de rendimiento académico, como los que arrojaron los postulantes a becas de la Itaipú o los que suelen tener los docentes en las pruebas para acceder a cargos, hacen que mucha gente se rasgue las vestiduras. Es cuando la educación vuelve a ser un tema sensible y todos coincidimos en que algo hay que hacer al respecto.

Ahora estamos en esa fase, porque solo el 5% de los 3.552 aspirantes a las becas para estudiar una carrera universitaria, subsidiadas por Itaipú, alcanzaron el puntaje mínimo de 60% requerido en ambas materias. Después de un par de semanas, ya veremos que todo volverá a su “cauce normal”, y el hecho tan desalentador de que nuestros jóvenes egresados de la Educación Media (bachilleres) no saben de matemáticas ni lengua castellana, pasará al plano de las anécdotas.

Muchos de los que nos escandalizamos ante esta situación y culpamos al sistema educativo somos productos de este sistema, y hasta pasamos por las universidades y nos convertimos en profesionales.

Los déficits de la escuela y el colegio de los que un gran porcentaje de la población paraguaya fue y sigue siendo víctima, simplemente se han venido resolviendo nivelando por lo bajo: Bajando la escala y posponiendo la imperiosa necesidad de discutir qué tipo de sociedad queremos, y a partir de ahí, concebir el modelo educativo pertinente.

El mismo hecho de que no exista en el país un grupo de pedagogos, filósofos, doctores en educación y respetables pensadores trabajando en el tema es otro síntoma alarmante que venimos arrastrando un grave problema al que las autoridades de los últimos 27 años no le otorgaron la debida relevancia. ¿Dónde están los Indalecio Cardozo de esta época?

Tomemos en cuenta que los chicos que están aspirando a las becas de Itaipú son los que ingresaron al sistema educativo por lo menos 14 años atrás. Un tiempo valioso desaprovechado por culpa de la desidia, decisiones erradas, omisiones, postergaciones y malos gobiernos. Los resultados de sus exámenes colocan a estos jóvenes en total desventaja para competir con sus pares de mejor origen económico y con posibilidades de pagar por una educación de calidad, en contadas instituciones privadas. Otra injusticia.

Este es un aspecto central de la realidad paraguaya que, al igual que la situación de los Bañados, requiere llamar a las cosas por su nombre, decirnos la verdad, identificar causas y responsables, y asumir compromisos para los cambios. El Gobierno tiene la responsabilidad de iniciar este camino, sin esperar a que los chicos de secundaria le recuerden de nuevo que debe hacerlo.