18 abr. 2024

La viajera de la Gare d’Austerlitz

Por Blas Brítez - @Dedalus729

Blás Brítez

Blas Brítez

“Ando buscando un verso que se siente en medio de los hombres. Y tan chulo, que mire a Tachia descaradamente”, escribió Blas de Otero en 1958. Había conocido a Tachia seis años antes. Él mismo le había puesto ese nombre. Inevitablemente, se enamoró de su perfil existencialista. Pero el poeta bilbaíno terminó por abrumarla con su carácter impredecible, por lo que esta mujer nacida con el nombre de María Concepción Quintana huyó a París a estudiar teatro y malvivir.

Allí, una noche de marzo de 1956, conoció a otro malviviente. Era un periodista colombiano que usaba un bigote que desagradaba a la vasca. Era extremadamente flaco y muy arrogante. Se llamaba Gabriel García Márquez. A pesar de considerarlo un tanto “despótico”, Tachia comenzó una relación con él. El joven narrador, apenas tres semanas más tarde de haberla conocido, recibiría la noticia del cierre del periódico del cual era corresponsal.

Tachia dividía su tiempo entre la diminuta pieza de García Márquez en el Hôtel de Flandre y la suya en la rue d’Assas. Vivían a salto de mata, de prestado, como James Joyce y Nora Barnacle en Trieste. Para colmo, una noche en que paseaban por Champs Elysées, ella tuvo la revelación de que estaba embarazada. Cuatro meses y medio después, y luego de volcánicas disputas cotidianas en la pobreza, Tachia tuvo un aborto. Aquél amor se había terminado. Peinada a lo garçon, como la viajera que quiso enseñarle a besar a Joaquín Sabina en la Gare d’Austerlitz, ella se fue de París, desde esa misma estación, en diciembre de 1956. Volvería al círculo áulico de Blas de Otero, para inspirarle el poema de 1958.

García Márquez no se quedaría solo. Tenía consigo el embrión de una novela. Como reveló Gerald Martin en Gabriel García Márquez. Una vida (2008), Tachia Quintanar le había dejado –con la experiencia de la miseria compartida, la de una pareja que esperaba la llegada de una pensión redentora– la génesis de la novela más lacónicamente triste que escribiría: El coronel no tiene quien le escriba. El novelista nunca hizo referencia a aquella mujer como motor de su obra de 1961. “Bueno, eso pasó”, le dijo vagamente a Martin en 1993, cuando este le consultó por Tachia. Ella todavía vive con 87 años, los mismos que tenía García Márquez cuando murió, el 17 de abril de 2014. "¿Podemos hablar del tema?”, insistió el biógrafo aquella vez. “No”, respondió tajante el escritor. Casi tan categórico como su coronel, quien ante la pregunta de su atribulada esposa, "¿Y mientras tanto qué comemos?”, respondió inolvidablemente: “Mierda”.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.