16 abr. 2024

La retórica sobre el EPP

Miguel H. López – @miguelhache

Un fantasma recorre el Norte de la Región Oriental. El Estado –los organismos de seguridad (?)– lo legitiman por su autodenominación: Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Fueron vistos en eventuales videos y fotografías difundidos por el Ministerio del Interior, la Policía o la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), dejados –suelen decir– en los improvisados campamentos, siempre hallados vacíos o abandonados en los montes.

La nomenclatura oficial sitúa su nacimiento el 1 de marzo de 2008, bajo el gobierno colorado de Nicanor Duarte Frutos. Muchos rumores y teorías de conspiración envuelven su existencia. Los sucesivos gobiernos hablaron-hablan de alta peligrosidad, pero hace casi 10 años de todo eso y hace 3 días nuevamente los organismos le atribuyeron un nuevo secuestro, un total de 11 víctimas entre vivas y muertas solo bajo el Gobierno de Horacio Cartes; 9 atribuidas al EPP y 2 a sus desmembramientos, la Agrupación Campesina Armada y Ejército del Mcal. López, surgidas en tiempos del actual gobierno colorado.

Y es justamente Cartes, quien al asumir en agosto de 2013 –leyendo su discurso en telepronter– gritaba que el EPP no le marcaría la agenda de gobierno. No solo se le impuso, sino que a estas alturas ya casi le escribe los manuales y el guion. La FTC creada por ley con un volumen presupuestario sideral ese año e integrada por policías, militares y antidrogas, para combatir al grupo armado, solo cosechó derrotas mirando en proporción lo invertido por el pueblo paraguayo y su balance final: Casi nada en “la lucha contra” el EPP. Según el Estado, siguen existiendo y secuestrando. ¿Entonces, los epepistas son muy fuertes o el gobierno cartista muy débil? ¿O no es debilidad?

Mientras tanto, el EPP sigue siendo una especie de espectro que aparece con alguna “novedad” cada vez que el ambiente está cargado contra el Gobierno o los colorados, lo que distrae el foco de la atención. Puede ser una alta casualidad. O no. Quién sabe.

El EPP actúa en territorio narco: Concepción, San Pedro, Amambay. Tal vez eso significa algo importante para su permanencia en la escena, sin mayores incomodidades.

Mientras el Estado, a través de los gobiernos –Cartes hoy– siga sin revertir los agudos cuadros de desigualdad, de no generación de empleo digno, bien retribuido, y no permita a la población en general vivir sin hambre y con derechos mínimos garantizados, estos fantasmas van a seguir asolando los yermos que quedan del país. Y cada vez que la población proteste, se plantee una crítica fuerte o reclamo a las autoridades y al sistema, posiblemente siempre irrumpa el EPP: la vieja confiable...