30 abr. 2025

La receta universal

Carolina Cuenca

En 2016 la Unesco publicó un informe que “sugirió" promover contenidos LGTBI en todos los colegios del mundo. No hay que olvidar que esta oficina, como todas las de la ONU, está comprometida desde la Conferencia de Pekín de 1995 a difundir la agenda de género desde la perspectiva de la construcción sociocultural de la sexualidad, sin consideración de las bases biológicas de la misma.

Ojo, sigue siendo loable la finalidad establecida en su fundación como agencia encargada de promover la educación, la ciencia y la cultura, pero es evidente que grupos empoderados en la burocracia de la Unesco la están convirtiendo en un instrumento de poder global que no termina de respetar la soberanía de los Estados, atribuyéndose un rol de poder ejecutivo sobre lo que “debe hacerse” en la educación sexual. Es como si de médico clínico se estuviera convirtiendo en curandero con receta única para todos los casos: “la agenda de género”. Es un retroceso. Detrás de la noble apariencia de lucha contra la discriminación se ocultan otros intereses que apuntan a los niños “a partir de una edad temprana” (sin contar con sus padres, su identidad cultural, ni la sana razón). Exigen que se elimine cualquier contenido “estigmatizante”, dando lugar a la censura de los modelos positivos de la familia constituida sobre la relación estable de un varón y una mujer (como lo reconoce nuestra Constitución).

En otro documento de “recomendaciones” para la Educación Escolar Básica en Latinoamérica la agencia dicta: “Considerando que las relaciones de género se encuentran en un proceso acelerado de cambio..., se presenta como una necesidad dar respuesta a las nuevas maneras de definir la femineidad y la masculinidad... se recomiendan acciones tales como la inclusión transversal de la perspectiva de género en la formación inicial y continua de los educadores, en los currículos de la educación básica y en los libros de texto...”.

Varios Estados ven con preocupación recomendaciones de este tipo, presentando reservas a su implementación. Tal el caso de Paraguay. Nuestro Ministerio de Educación y Ciencias ha escuchado a la ciudadanía atenta a este intento de “reformateo educativo” dañino para nuestros hijos, comprometiéndose a respetar a los padres como primeros educadores, atenerse a su rol limitado por la Constitución, no por agencias ni ONG internacionales. ¿Qué pretenden estos grupos con la presión y la desinformación? ¿Neoavasallaje?... Dejemos de embarullarnos y tomemos en serio los síntomas de bajo rendimiento escolar, mala formación docente, analfabetismo funcional que nos atrasan en educación y vayamos por más con la frente en alto por, al menos en un aspecto, estar haciendo bien las cosas, con receta propia.