Incluso ayer, hasta en un acto casi de insubordinación, el comandante de la Policía, Críspulo Sotelo, evitó reunirse con el ministro Francisco De Vargas, cuya citación fue para las 07.00.
La crispación de las relaciones entre el comandante y su superior inmediato empezó el año pasado, cuando Sotelo aprovechó el relacionamiento con uno de los principales allegados a Cartes, supuestamente Víctor Galeano Perrone, para sobrepasar a De Vargas y llegar al presidente. Incluso llegó a mantener reuniones sin nadie del Ministerio.
Esto hizo que De Vargas pierda influencia en la Policía y en la toma de decisiones para los planes de seguridad. Y tras el escándalo de corrupción con la venta de cédula al narco Ibar Pérez Corradi que la Policía le ocultó a Interior, desde la cartera de Estado solo quieren la destitución de Sotelo.
Ayer, el comandante de la Policía tenía que asistir a una reunión con el ministro del Interior en el Ministerio. Oficialmente informaron a los medios de comunicación que Sotelo no iba a asistir porque cuando pasó por Chile y Manduvirã observó que había varios miembros de la prensa frente al edificio.
Beatriz Paredes, directora de Comunicación del Ministerio, indicó que el comandante avisó que no quería exponerse a los periodistas y reporteros gráficos.
Más tarde, de nuevo los trabajadores de prensa fueron hasta la sede de la Comandancia para intentar tener una explicación del por qué se ocultó el caso Pérez Corradi y no se denunció penalmente. Todo fue en vano, ya que como es costumbre, Sotelo elude a los medios.
El comandante de la Policía supuestamente también dejó de tener el apoyo de los influyentes hombres de la Embajada Norteamericana.
En la noche de ayer en la cartera de Estado esperaban una reunión entre De Vargas y Cartes, pero al cierre de esta edición no se obtuvo mayor información.