19 abr. 2024

La política humana depende de nosotros

Deseo explicar el título de estas líneas porque se sacan consecuencias muy interesantes. Comienzo con un tema en clave religiosa.

Con frecuencia se pide a Dios, privadamente y en oraciones públicas en las misas, que Dios nos dé buenos gobernantes. Queremos que haya gobiernos sin corrupción que actúen honestamente, que no caigan en el clientelismo, que no endeuden al país etc..., y para que todo esto sea realidad rezamos. Pero nada más.

Propiamente la política humana no le toca a Dios. Depende de nosotros. De a quién votemos. De que antes hayamos aprobado leyes justas y no como las leyes paraguayas del TSJE que abiertamente apoyan para que un partido, que se cree ser el Estado y gana siempre en las elecciones. De que organizadamente los que queremos buenos gobiernos nos hayamos unido todos para poder ganar.

Aquel dicho de que “cada país tiene el gobierno que se merece” es verdadero. No en el sentido de merecimiento, sino en el que cada gobierno lo hacemos los seres humanos de cada país con nuestra apatía, conciencia despierta o dormida, indiferencia o grado de compromiso político

Escribo esto y hay un pensamiento que ocupa mi mente: qué responsabilidad tenemos todos, iglesias y partidos políticos, ricos y empobrecidos, intelectuales y personas de poca educación, en este tema sociopolítico sobre quién va a ser el presidente de la Nación, los integrantes de la Corte Suprema y diputados y senadores y gobernadores de departamentos e intendentes de pueblos y ciudades. No los nombra Dios. Somos nosotros.

Entonces, ¿cuál debe de ser el tema de nuestras oraciones? Pues nada menos que el de nuestra conversión dejando nuestras obras malas (los llamados pecados) y del compromiso con las causas justas (las políticas que se refieren al bien de todos los ciudadanos). La política humana depende de nosotros. ¿Comprendemos la importancia de este pensamiento? Demasiado interesante es.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.