23 abr. 2024

“La maternidad es don de Dios y la fecundación asistida es una opción”

Convencida.  Elena, feliz con los mellizos, recomienda no temer a la reproducción asistida.

Convencida. Elena, feliz con los mellizos, recomienda no temer a la reproducción asistida.

Carlos Elbo Cabral

“Tuve el embarazo más feliz de mi vida”. En esta frase Elena Galeano, una mujer profesional de 36 años y madre feliz de Mathías Daniel y Matheo José, describe cómo vivió la dulce espera de sus mellizos que llegaron casi a los ocho meses de gestación. Los dos niños llegaron a través de la fecundación asistida, comúnmente conocida como fecundación in vitro.

A Elena se le quiebra la voz al recordar lo vivido para llegar al embarazo. Debido a un problema, ellos no podían concebir de manera natural.

“Había llegado a varias metas en mi vida. Tenía una carrera concluida, estaba desarrollándome profesionalmente. Pero me faltaba ser mamá, era una necesidad para mí y una meta personal”, cuenta la madre de los mellizos, quien está en el área de recursos humanos en una empresa.

La infertilidad es un problema que afecta al 15% de las parejas en edad reproductiva a nivel global, explica el doctor Roger Molinas, de la clínica de medicina y cirugía reproductiva Neolife. “El problema es mucho más común de lo que se cree. Aproximadamente son 100 millones de personas en el mundo. En Paraguay unas 500.000 afectadas, cuando decimos afectadas nos referimos a la persona que comparte el problema con su pareja”, explica Molinas.

La noticia. “Ahí sentí que iba a conseguir lo que buscaba”, manifiesta Elena al contar la sensación que le embargó al llegar a la clínica donde se haría la fecundación in vitro. Luego de varios estudios y procesos propios de este método, llegó el momento en que debían depositarle los embriones en el útero. Lo recuerda como el día más sublime. Seguido, debía esperar nuevamente poco más de dos semanas para evaluar la continuación del proceso. La ansiedad estaba más que presente con el correr del tiempo.

“Cuando llegó el día de la ecografía, el doctor me mostró un punto negro que se movía. Ya en ese momento la emoción que sentí fue indescriptible. Luego me mostró otro punto negro que también se movía. Ahí ya me sentí más que bendecida”, describe emocionada.

Debido a su condición genética, Elena pudo embarazarse de los mellizos. Sin embargo, el doctor Molinas señala que en la fecundación asistida tampoco en la natural es recomendable el embarazo múltiple.

En espera. Luego de la confirmación de la llegada de los mellizos, Elena se centró en los preparativos. Sin embargo, solo con unos pocos iba compartiendo lo que iba viviendo. “Hay una ignorancia terrible sobre la fecundación asistida. También morbo. La gente espera que nazca un fenómeno o un alien”, describe. Esta afirmación es compartida por el doctor Molinas, al explicar que existe un conocimiento muy superficial del tema.

A dos años de su llegada, Mathías y Matheo alegran los días de su madre. Elena insta a todas las mujeres a no desistir de su sueño de ser madre.

“La maternidad es un don de Dios que toda mujer debe experimentar, y tiene ese derecho. Si puede hacerlo con fecundación asistida, existen profesionales que la ayudarán”.

La infertilidad es un problema más común de lo que se cree. En el país se estima que unas 500.000 personas están afectadas. Doctor Roger Molinas Clinica Neolife


La demanda

Se estima que en el mundo la demanda del tratamiento in vitro es de 1.500 por millón de habitantes por año. “Esa es la demanda real”, señala el doctor Roger Molinas, de Neolife. En Europa se hacen 1.000 tratamientos por millón de habitantes por año. En EEUU unos 500 por millón de habitantes. En América Latina , el promedio reportado por año es de unos 700 al año. En Paraguay no hay un registro nacional y solo existen dos clínicas de reproducción asistida. En Neolife se realizan 150 tratamientos por año, revela Molinas.

Logra que sus hijos sean destacados profesionales a pesar de que su sueldo ni siquiera llegaba al mínimo

La profesora Juanita Mancuello de Franco, oriunda se Ñeembucú, en el año 1988 decidió venir a la entonces Ciudad Presidente Stroessner, hoy Ciudad del Este, para dar una educación superior a sus hijos.

“Vinimos a esta ciudad en busca de estudios universitarios para los hijos; como madre mi función era paralelo al trabajo en los tres turnos, con mi sueldo los pude hacer crecer ya que mi marido nunca consiguió un trabajo estable porque sigue tratamientos largos por problemas cardiacos”, afirma la profesora Juanita.

Esta madre de dos hijos y ahora abuela de 4 nietos y otro en camino logró que su hijo mayor sea médico, él es el actual director de la Unidad Sanitaria del Instituto de Previsión Social IPS de Hernandarias y su hija menor es una magíster abogada.

“A pesar de que éramos pobres, mi sueldo ni siquiera era el mínimo, a mis hijos en la humildad les hemos cultivado y mi mayor orgullo es que colegas me decían ‘dame la receta de cómo crías a tus hijos’. En su niñez les hemos llenado de cariño y amor”, asegura orgullosa la profe Juanita.

Madre de seis hijos cuenta que el secreto de la crianza es “tratarlos bien y que se dediquen solo a sus estudios”

Doña Bernarda Morel, que ahora tiene 75 años comenta que prácticamente crió sola a sus 6 hijos luego de que se separara de su marido cuando su hijo menor tenía 7 años. Hoy todos sus hijos son profesionales y le toca ser mamá de un nieto.

“Mi marido era falluto, le hablé y le dije que nos dejáramos, que yo podría sacar adelante a mis hijos ya que sé hacer casi de todo un poco. Nos quedamos como buenos amigos, con mi máquina de coser pude hacer crecer y ver ser profesionales a mis hijos”, afirma doña Bernarda, mientras agarra una aguja para arreglar una ropa.

Bernarda nació en Carapeguá, Departamento de Paraguarí, y ahora vive en Presidente Franco. “El secreto es que hay que tratar bien a los hijos y hacer que solo se dediquen a estudiar, no hay que hacerles trabajar mientras estudian para que salgan bien”, asegura con una sonrisa enorme. (N.M.)