20 ago. 2025

La hilacha patriótica

Brigitte Colmán – @lakolman

Es tan fácil reconocer la tecla que apretar para que la muchachada reaccione con el pecho henchido de emoción y rabia patriótica.

La hilacha se nota pronto y rápidamente salen a flamear las banderas al son de 13 Tuyutí, como cuando jugaba la Selección, en aquellos tiempos en que la Albirroja todavía significaba algo en el panorama futbolístico mundial.

Los que invadieron el predio del Cuartel de la Victoria son la tecla que ha hecho saltar todos los patriotismos. Estos no podían haber sido más oportunos, porque estamos a poco más de 15 días de las elecciones y ellos –además de que difícilmente obtengan algo con la invasión– lo único que logran es jorobarle a la alianza opositora y contribuyen a enrarecer el ambiente.

Pero también les están dando munición a los fanáticos de uniformes, desfiles y cuarteles. Y a aquellos que en serio piensan en reactivar el servicio militar obligatorio (SMO), para que los jóvenes digan no a las drogas, al aborto, al reguetón y al matrimonio gay.

Sin embargo, a ninguno de esos patriotas que se emocionan con 13 Tuyutí y con las banderas al viento les verás en un gesto solidario cuando encuentran a un niñito indígena tirado en la calle, mareado por el humo del crac, suicidándose lentamente a la vista de todos, en una calle del centro de Asunción, a plena luz del día, un miércoles cualquiera. No les verás reclamar a los gritos al Gobierno por inútil e insensible.

Los que repudian la invasión, con el argumento de que el Cuartel de la Victoria es tierra sagrada de los héroes (¿!?), parecen tener una memoria muy selectiva.

Por eso no tienen en cuenta que ese pedazo de tierra que defendieron los héroes del Chaco es una de las zonas más deforestadas de toda la región, no solo del país. Y que este gobierno, patriótico como el que más, fue el que promulgó el Decreto 7702, que permite a los propietarios despejar todo el bosque en su propiedad, y según se pudo comprobar, esto aceleró la tasa de deforestación en el Chaco.

Tampoco tienen en cuenta que aquel territorio que fueron a defender nuestros abuelos y abuelas es todavía hoy casi inaccesible, y ostenta la que probablemente sea la peor y la más fea y peligrosa ruta del universo, la ruta 9, don Carlos Antonio López, más conocida como la Transchaco.

O, ya que estamos, recordemos las barbaridades que suceden en ese territorio sagrado que es el Chaco cuando cada año es invadido por los tilingos del rally, para contaminar las picadas chaqueñas con ruido, basura y alguna que otra perversión, cuando no están corriendo detrás de nativas y yaguaretés.

A los que protestan en contra de la invasión del cuartel, me encantaría verles defender con tanto patriotismo nuestros pocos bosques de la deforestación que arrasa.

A los invasores, les sugeriría que vayan a recuperar las plazas ocupadas por seccionales coloradas, y que no se preocupen, pues los colorados las ocupan hace décadas y nadie les dijo nunca nada.

Y, si por ahí les surge la onda rural, les propongo que ayuden a recuperar algo de las 6.744.005 hectáreas de tierra entregadas de forma ilegal por Alfredo Stroessner a sus amigos y aliados políticos.

Será justicia.