Sergio Cáceres Mercado
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Aunque la primera parte, donde conocimos a Surly y sus amigos, tenía elementos que la hacían apenas aceptable, en esta segunda ya se ha reducido a una simple historia repleta de clichés. Prácticamente todo se vuelve predecible, pues la esencia ya la hemos visto en muchas otras cintas similares donde los pequeños animales se enfrentan a los humanos.
Como en esta ocasión, el alcalde de la ciudad ha decidido arrasar el parque donde viven las ardillas y demás roedores para convertirlo en un rentable parque de diversiones, el enfrentamiento entre ambos bandos por dicho territorio es inevitable.
Antes de que la gran batalla ocurra, se dan situaciones en que vamos conociendo mejor a los personajes, en especial al malvado alcalde, pues del lado de los animales no hace falta, ya que los reconocemos de aquella primera aventura.
Quizá por falta de originalidad y comicidad se recurren a escenas donde prima lo espectacular, con explosiones y persecuciones en primera línea. A veces este efectismo está bien logrado, y consigue sorprender e incluso lleva a la risa, mientras que en otras no suma demasiado a la ya serie de chistes conocidos.
Por sus características, esta película animada funcionará muy bien con los más pequeñitos, aquellos que van al jardín o al preescolar o unos grados más.
Los padres con niños en dicha franja podrían ir a verla y seguro la disfrutarán. Pero para los más grandes quizá resulte menos atractiva, incluso aburrida.
CALIFICACIÓN: ** (regular).