20 abr. 2024

La ciudadanía se siente insegura porque no cree en instituciones

En Paraguay, en los últimos cinco años se registró una reducción en la tasa de la delincuencia; sin embargo, la población no lo percibe de esa manera, pues pese a que es menor la tasa delictiva, la sensación de inseguridad sigue creciendo. La disminución de la delincuencia a nivel país es progresiva, según un estudio del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip). Hay menos crímenes, pero la gente siente más temor, y eso se explica porque Paraguay carece de políticas de seguridad, las instituciones son frágiles y la gente no confía en ellas; además de eso, la ciudadanía sabe que solo tendrá seguridad quien pueda pagar por ella.

La población paraguaya es una de las más temerosas de la región. Un 65 por ciento cree que vive en un país cada vez más inseguro, menciona la investigación realizada por el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip), la Universidad Nacional de Pilar y el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), con datos de una encuesta de Latinobarómetro.

El estudio arrojó conclusiones por demás interesantes; por ejemplo, que el miedo a la inseguridad que existe en Caracas, Venezuela, es similar al que hay en Paraguay. Sin embargo, en la capital venezolana hay 119 muertos por homicidios por cada 100.000 habitantes, mientras que en Asunción la tasa es de 9,9 por cada 100.000. En Venezuela hay más inseguridad, pero los paraguayos sienten más miedo.

La clave para entender estos datos –que pueden parecer contradictorios– es lo que se denomina la seguridad objetiva, que es lo que perciben las personas de su ambiente, lo que perciben como amenaza o riesgo potencial. El índice de seguridad subjetiva de Venezuela es de 63%, y el índice de Paraguay es de 59% (encuesta Gallup sobre la percepción de inseguridad en el Cono Sur).

Una de las posibles explicaciones al miedo que sienten los paraguayos es precisamente la falta de políticas de seguridad, políticas y estrategias que apunten a esta percepción de la inseguridad. Otra explicación es la falta de respuesta de las instituciones encargadas de dar seguridad a la población, hecho comprobado a diario por la gente que sufre algún tipo de agresión y no encuentra una rápida acción policial. Lo mismo se aplica a la falta de justicia para las víctimas de asaltos y crímenes, que ven que decenas de delincuentes son liberados sin dilación por los jueces.

Un detalle de no menor importancia es la certeza de que la protección de la policía no alcanza para todos, y por eso la seguridad dependerá del sector privado y de lo que se pueda pagar por ella.

Los expertos también sugieren que el abordaje de los medios masivos de comunicación en el tratamiento del fenómeno criminal aporta grandemente a la percepción de inseguridad. Argumentan que se informa principalmente sobre hechos que ocurren en Asunción y Central, que son zonas del país donde la delincuencia y la tasa de homicidio tuvieron un aumento sostenido en los últimos años.

Entretanto, son los medios los que dan voz a la impotencia que sienten los ciudadanos que son víctimas de alguna situación de violencia y que nunca encuentran alivio o justicia.

El miedo a ser atacado, asaltado o asesinado en alguna calle del país está basado sobre todo en la sensación de que el Estado nada puede hacer para proteger a los habitantes de esta tierra, ya sea por la precariedad de medios, corrupción, incapacidad o por falta de interés. El hecho concreto es que la gente no confía ni en sus autoridades ni en sus instituciones, y este debería ser un llamado de atención para los que conducen el país.

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