Por Juan José Brull
PILAR
Mucha inquietud generó en la sociedad pilarense el crimen de un joven, primero, al salir de una fiesta de egresados de un colegio y, luego, el caso de abuso sexual de un menor de 13 años a un niño de 8 años.
Al respecto, una de las pobladoras de Pilar, Bernardina Martínez, del barrio Juan Pablo II, refiere que la violencia con desenlaces trágicos genera mucha preocupación en la comunidad. Las armas de todo tipo en poder de los jóvenes también preocupa, lo que queda expuesto ante las situaciones de hechos violentos o la ocurrencia de delitos que se presentan en las calles.
Dijo que, como madre, sin lugar a dudas, obliga a tomar medidas a todos los estamentos del Estado, desde el principal responsable en brindar seguridad. Dijo que con un grupo de vecinos hablaron del tema, sorprendidos e indignados por los que ocurrió en el sector.
Indicó que quieren trabajar con la Iglesia Católica, con el servicio social que cuentan en el barrio y con la Unidad de Salud Familiar “pretendemos organizarnos para hacer frente a esta problemática”.
“Queremos trabajar con los chicos, los adolescentes; todos sabemos que existen problemas familiares; el alcohol y las drogas inquietan a todos. Es por esta cuestión que queremos activar en los sitios más vulnerables”, comentó.
El asesinato del joven Éver Ramón Vázquez (21), al salir de su colación, y el abuso del niño causaron gran impacto en los pilarenses.