El Ministerio del Interior no fue informado de la presencia en Paraguay del capo de la efedrina, y menos aún que el criminal había comprado una cédula original de contenido falso de Identificaciones. Mucho menos se denunció al Ministerio Público.
El ministro Francisco De Vargas y el viceministro de Seguridad Interna, Jalil Rachid, indicaron que se enteraron del caso por los medios argentinos, quienes expusieron la corrupción policial ante el resto.
Para hoy está marcado el análisis de la situación, entre Rachid, De Vargas y el presidente Horacio Cartes.
Ello debido a que desde hace aproximadamente un mes y medio el comisario Gilberto Gauto (ex jefe de Identificaciones) informó al director de Apoyo Técnico, comisario Bartolomé Báez López, sobre la situación. Y este a su vez informó al comandante Sotelo.
Sotelo conocía. Incluso en medios radiales, Gauto indicó que de forma verbal conversó con Sotelo. Pero el comandante de la Policía Nacional no reveló el caso al Ministerio del Interior, y mucho menos al presidente de la República, con quien empezó a tener reuniones a espaldas del ministro.
Y como el secreto no duró y el caso saltó a la luz gracias a los medios argentinos, al día siguiente el Ministerio del Interior presentó una denuncia penal ante la Fiscalía.
Fuentes policiales indicaron que supuestamente existió un acuerdo para mantener el caso en reserva, capturar a Pérez Corradi, y hacer como si nada hubiese pasado.
Pero a la cúpula le falló la inteligencia y no se pudo concretar el operativo de captura del narco argentino, quien incluso tiene protección policial en Paraguay, según medios argentinos, y el caso finalmente se filtró.
Además, supuestamente la Policía ya había iniciado con anterioridad un sumario, pero recién el viernes procedieron al arresto de dos suboficiales.
Divididos. A esto se le suma que la relación entre De Vargas y Sotelo está gastada desde hace tiempo, pues el comandante saltó el orden de su superior inmediato para llegar al presidente, aprovechando otras amistades.
El ministro perdió influencia en la toma de decisiones importantes en la Policía, esto a pesar de que el mismo Francisco De Vargas ha sido el responsable de la recomendación de Críspulo Sotelo para que sea nombrado comandante por el presidente Horacio Cartes.
Este caso expuso la corrupción policial en que está inmersa la institución.