“No aceptamos dialogar con Juan Orlando Hernández, estaremos aquí resistiendo hasta que se cumplan las peticiones o se vaya del poder”, dijo a Efe Germán Ayala, quien hoy cumple ocho días en huelga de hambre.
La protesta fue iniciada por otros dos “indignados” el pasado día 22, pero estos ya se retiraron.
Ayala, de 42 años, profesional del turismo con estudios en Cuba, casado y con dos hijas pequeñas, indicó que la exigencia de los tres manifestantes es la instalación de una Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH) y la renuncia del presidente.
Aunque considera que la renuncia de Hernández es “poco probable”, Ayala subrayó que los culpables de un desfalco millonario al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), descubierto en 2014, “deben ser procesados y encarcelados”.
El caso de corrupción en el IHSS, por el que guardan prisión alrededor de una decena de personas, entre ellos su último director, Mario Zelaya, mientras que otra veintena están prófugos, salpica a funcionarios de los últimos tres Gobiernos, políticos, empresarios y periodistas, entre otros.
Ayala dijo que la situación en el sitio donde permanecen, separados por una valla de alambre resguardada por un cordón de seguridad de policías para que no se aproximen a la Casa Presidencial, “es amenazante”.
Señalando hacia el último piso de un edificio alto, cercano a la Casa Presidencial, dijo que “ahí hay francotiradores” y que a los tres manifestantes los tienen vigilados con cámaras de televisión.
Otro de los manifestantes, Gerson Suazo (22), dijo a Efe que tras ocho días en huelga de hambre se siente “un poco cansado pero con la energía para llegar hasta donde sea necesario para que venga una comisión internacional contra la corrupción”.
Del “diálogo social sin condiciones de ninguna naturaleza” para tratar sobre la corrupción y la impunidad, propuesto por Hernández, dijo que “eso es una mentira” porque en su país las comisiones “no funcionan”.
Suazo añadió que el Gobierno quiere “hacer ver que el país ha entrado a un proceso de diálogo”, pero “no hay representación del pueblo”.
Dijo además que por las noches, principalmente en horas de la madrugada, son “hostigados por policías y militares” y que el aire “se siente contaminado como con gas pimienta”, lo que les “causa náuseas”.
Añadió que también les han suspendido un servicio de agua potable, un sanitario y otra ayuda que tuvieron durante el primer día de la protesta.
El tercer “indignado” que participa en la protesta, desde el sábado, es Hernán Silva (44), quien es profesional de las leyes y en finanzas, según dijo a Efe.
Silva indicó que permanecerá en la huelga “hasta que el cuerpo aguante” y que en un momento de la manifestación hubo cuatro “indignados” que estaban dentro del perímetro que lleva a la Casa Presidencial y otros cuatro fuera, detrás del cordón de seguridad.
“Han querido hacerle ver al pueblo que la huelga ha terminado, pero eso no ha sucedido, aquí estamos”, acotó.
La huelga de hambre fue iniciada el pasado día 22 por Ariel Varela y Miguel Briceño, quienes se retiraron por temor debido a que habían quedado del otro lado del cordón de seguridad.
Varela se retiró el pasado viernes, mientras que Briceño el sábado, según la prensa local.
Hernández dijo el viernes que “nadie quedará sin ser convocado” al diálogo nacional que impulsa su Gobierno para tratar sobre corrupción e impunidad porque se trata de “un proceso sin exclusión y sin condiciones”.
